Óscar Rubio: tres años de fútbol y experiencias en Estados Unidos

El joven futbolista ha estudiado y jugado en la Universidad de Tusculum (Tennessee). En este tiempo ha aprovechado para conocer parte del país, México y Jamaica
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HISTORIAS DEPORTIVAS Óscar Rubio Jiménez (Soria, 25 mayo de 1998) regresó la pasada primavera a su ciudad de manera precipitada después de haber pasado los tres últimos cursos académicos en los Estados Unidos de América, en la localidad de Greeneville (Tennessee). Este joven futbolista no desaprovechó la oportunidad que le brindó el deporte para madurar como persona, vivir nuevas experiencias, salir de casa y dominar el inglés, dados los problemas de la mayoría de los españoles cuando abandonan el colegio a la hora de enfrentarse con este idioma.

La carrera futbolista de Rubio en Soria se resume fácilmente: desde los 8 hasta los 19 años en las filas del Club Deportivo Numancia, desde prebenjamín hasta finalizar su etapa como juvenil. Es decir, todas las categorías inferiores. En su último año en la División de Honor Juvenil, además, alternó partidos con el equipo de Tercera.

Acabada esa etapa, estando a gusto como estaba en Soria y en el Numancia, la única posibilidad de abandonar su ciudad y su club era por un proyecto en verdad atractivo. A través de su padre, ese proyecto llegó.

Se lo gestionó una empresa, AGM, que se encarga de poner en contacto jóvenes deportistas con universidades de Estados Unidos, para que estas les concedan algún tipo de beca, en su caso deportiva. Además del privilegio de estudiar en una universidad de aquel país y de mejorar el idioma, estas becas hacen más llevadera económicamente la estancia allí.

Óscar Rubio tuvo que entregar currículum, vídeos y toda la demás documentación que la empresa le solicitó. Una vez verificada, AGM valora qué universidades se adaptan al perfil y aconseja una u otra, aunque luego es el joven deportista con su familia quienes eligen.

Y eligieron Tennessee, la tranquila ciudad de Greeneville, de apenas 20.000 habitantes, en cuya Universidad de Tusculum ha estudiado Business Administration, una especie de ADE, si bien está todavía en proceso de convalidación de estudios.

La adaptación no fue larga porque pronto se reunió con un grupo de españoles que le hicieron más sencilla la llegada. Además, apenas tenía  tiempo de nostalgias: "Nos levantábamos, ir a clase, comer, entrenar y, por la tarde, estudiar o estar un poco con los amigos". Todo ello, viviendo en el mismo Campus de la Universidad, donde además se encontraban todas las instalaciones deportivas.

Rubio llegó a Tennessee por el fútbol. En el equipo de la Universidad había otros cuatro españoles y todos los demás jugadores eran extranjeros (no estadounidenses) salvo uno.

Aunque lejos del furor del baloncesto, fútbol americano o béisbol, al joven soriano sí le sorprendió el nivel de la Liga Universitaria de fútbol. En primer lugar, por la competición en sí: "Los partidos parecían profesionales, con animadores, recogepelotas, salíamos al campo con niños de la mano... y en general había muy buen ambiente en la grada".

En segundo lugar, por el nivel de los entrenamientos. Tanto el primer técnico, que lleva muchos años al frente del equipo, como el segundo, inglés, dominan unas técnicas de entrenamiento y llevan un control de los jugadores como el que puede esperarse en España en un equipo rayano con lo profesional.

Óscar Rubio, que se desempeña como extremo o mediapunta, ha jugado siempre como titular salvo cuando un par de lesiones se lo han impedido. La temporada es corta, de septiembre a finales de noviembre, y se juegan dos o incluso tres partidos a la semana, así que los entrenamientos en esa época eran más de recuperación.

La primera fase le permitía viajar a otras universidades del estado de Tennessee (Tusculum es la universidad más antigua del estado) o por estados cercanos como Carolina del Norte y Carolina del Sur. Los mejores de esta ronda avanzaban a la fase final, algo que a su equipo le sucedió una de las tres temporadas que él ha estado. Ello les permitió jugar una eliminatoria más, en la que fueron eliminados por el número uno del ranking universitario de fútbol como es Young Harris (Georgia).

Cada diciembre, tanto Rubio como la mayoría de los jugadores regresaban unas semanas a sus países de origen. A la vuelta a Tennessee, de enero a mayo, se hacía una especie de larga pretemporada con entrenamientos y torneos y partidos amistosos, pero sin competición.

Durante su estancia en Estados Unidos, además de estudiar, jugar al fútbol o disfrutar de otros deportes ("en cada partido de fútbol americano universitario había hasta fuegos artificiales, también íbamos mucho al béisbol"), no ha perdido la oportunidad de viajar. En cada semestre les daban una semana de vacaciones. Ha conocido Los Ángeles, Miami, el Cañón del Colorado, las Vegas, Utah, Arizona... También ha aprovechado para conocer otros dos países, México (Cancún) y Jamaica.

 

En marzo del año pasado, cuando se encontraba precisamente en Los Ángeles de vacaciones, empezó el confinamiento en España. El día antes de volver a Tennessee, les dijeron que la Universidad todavía no cerraba, pero que la formación sería online. Todo fue rápido. Apenas dos días después, una chica dio positivo en la Universidad y ya sí dijeron que la cerraban de manera definitiva para lo que quedaba de curso.

La graduación iba a ser en mayo. Iban a acudir sus padres, para visitar también Nueva York, pero todo ello tendrá que esperar.

En apenas 24 horas, Óscar Rubio consiguió un billete de avión para regresar a España, que estaba en su confinamiento más extremo y con medidas que en Estados Unidos no se conocían.

De nuevo en Soria, el joven futbolista no ha abandonado ni el deporte ni la formación. Es más, su formación tiene que ver con el deporte. Para empezar, entre semana entrena con el San José de la Preferente, e incluso tiene ficha. Sin embargo, no puede jugar porque los fines de semana se está desplazando a Madrid para estudiar un máster de Marketing de LaLiga.

El máster finalizará en julio. Después, comenzará un periodo de seis meses de prácticas en la propia Liga, en algún club o en algunas de las empresas deportivas con las que dicho máster tiene relación, con el deseo de que todo lo aprendido en este máster y en sus tres años en Estados Unidos le sirva para conseguir un trabajo donde pueda seguir cultivando su pasión por el deporte.