Estudio de la vida útil de los alimentos: Esencial para fabricantes

Tener un negocio de comestibles requiere de muchos protocolos, siendo los sanitarios los más importantes. Entre ellos, el estudio de la vida útil de los alimentos es indispensable para que los fabricantes mantengan los más altos estándares.

Pero ¿qué es, cómo se realiza y cuáles son sus factores? A continuación, se responderán a estas preguntas y otras posibles dudas al respecto.

¿Qué es la vida útil de un alimento?

Para los consumidores, define el tiempo en el que conserva el más alto nivel de calidad. Esto dependerá de su tipo y fabricación. Por ejemplo, una mermelada de naranja orgánica no tendrá el mismo nivel de conservación que un zumo de naranja con conservantes. Pero, ambos deben pasar por un estudio de vida útil de alimentos, uno de los protocolos más importantes para garantizar la calidad del producto al momento del consumo.

Para los fabricantes, indica el tiempo en el que se puede garantizar calidad y seguridad de consumo después de cierto tiempo la empresa indicará que no es apropiado para el consumo. Algunos de estos estudios indican la fecha de caducidad o vencimiento estimada, pero considerando las condiciones de conservación.

En este sentido, la empresa indicará cómo mantener dichos comestibles dentro de los estándares de conservación.

Por ejemplo, el zumo de naranja tendrá una larga duración determinada si se conserva refrigerado, pero si está expuesto al sol y a la humedad, el tiempo de existencia se reducirá al máximo. Dicho estudio es capaz de explicar todas estas variables e indicar cuándo pueden ser más seguros para consumir.

¿Qué puede afectar la vida útil de un alimento?

Pero, la temperatura no es el único factor que puede determinar cuándo un alimento puede ser más apto para el consumo. También es importante determinar otros aspectos. Estos se clasifican en intrínsecos (que se determinan por la composición del producto) y extrínsecos (se establecen según factores externos. Los primeros se enumeran así.

  • Según su actividad acuosa (nivel hídrico)
  • Acidez o nivel de PH.
  • Disponibilidad de oxígeno.
  • Química natural del producto.
  • Aditivos y formulación del producto.
  • Conservantes.
  • Flora natural o microbiólogos en el resultado final.

Mientras que los segundos, los extrínsecos, tienen más que ver con estos aspectos.

  • Temperatura.
  • Humedad.
  • Incidencia de la luz.
  • Estabilidad del producto.
  • Material de envasado.
  • Sistema de conservación

¿Cómo se hace un estudio de la vida útil de los alimentos?

Al hacer este estudio es necesario acudir a expertos en microbiología y similares, así que se realiza en un laboratorio con las debidas muestras de los comestibles. Es importante que este se lleve a cabo en muestras que estén listas para la comercialización, de forma que los resultados sean lo más precisos posibles. Los pasos para hacerlo son los siguientes.

  1. Para empezar, se realiza un ensayo para visualizar la carga microbiana en el momento de la comercialización.
  2. Después, se hace un estudio de la calidad del producto a la mitad de su vida útil establecida. Aquí se analiza la carga microbiana y otros factores de calidad, como sabor, textura, olor...
  3. Al tiempo, se vuelve a realizar otro análisis, pero al final del periodo establecido para el consumo. Allí se evalúan los niveles de aceptación para consumir.
  4. Por último, se añade un tercio más de existencia para determinar la evolución de la carga microbiana, teniendo en cuenta los distintos factores mencionados anteriormente.

También se pueden llevar a cabo ensayos "acelerados" que son los que se utilizan para forzar al alimento a pasar su vida útil en condiciones extremas. Estos son necesarios para fabricantes de comestibles de larga duración, por ejemplo, enlatados o productos congelados.

Información de la vida útil en las etiquetas

Finalmente, una vez determinado científicamente la durabilidad del producto, es necesario incluir la información en las etiquetas del mismo. Según el Reglamento de la Unión Europea, esto se debe plasmar en dos formatos diferentes.

  • La fecha de caducidad: Allí se indica la fecha a partir de la cual el fabricante ya no recomienda su consumo, según el mismo reglamento. También se establecen varios niveles de toxicidad o impacto en la salud. Algunos de los alimentos que deben contenerla son los perecederos como carne, pescado, huevos, pasteurizados, envasados, etc.
  • Fecha de consumo preferente: Indica una estimación de su duración. Aquí, el fabricante determina la fecha donde ya no puede garantizar que las propiedades del comestible sean estables. Por lo que puede que sea percibido por el cliente de forma negativa.

Para finalizar, los fabricantes también se ven obligados a realizar estudios de vida útil de los comestibles utilizando diferentes tipos de barreras o envasados con la intención de reducir el impacto medio-ambiental.

Algunos materiales, como el plástico, permiten conservar los alimentos con ciertas condiciones, pero aumentan el impacto en el ambiente. Con los análisis apropiados, se puede hacer una comparación con otros tipos de barreras para garantizar la calidad de los productos, así como la satisfacción de los consumidores.

Manuel Sánchez

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