El concejal de Hacienda, Javier Muñoz, ha presentado la cuenta general correspondiente al año 2019 que se presentará también en el Pleno ordinario de octubre este jueves. El documento, como ha explicado Muñoz, “es una radiografía económica municipal y depara cifras positivas que evidencian una situación saneada. Estas estadísticas, además, también ponen sobre la mesa nuestra capacidad de inversión que siempre hemos defendido como una herramienta dinamizadora de la ciudad superando en el año 2019 los 9 millones de euros en obligaciones reconocidas”.
El resultado presupuestario del ejercicio 2019 es positivo con una cuantía de 1.850.640 y el ahorro neto también es positivo superando los seis millones de euros (6.229.713,45 euros). Con estas cifras el remanente de tesorería, que incluye el superávit de 2019 (501.043 euros), se eleva a 1.838.617 euros.
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Por último, más que reseñable resulta el capítulo de inversiones en fase O (obligaciones reconocidas) que se acerca a los nueve millones con una cuantía de 8.995.634 euros doblando prácticamente la cifra de 2018. La cuantía, además, presenta una trayectoria positiva de cara al 2020 con esas inversiones que todavía no se encontraban adjudicadas como la muralla, Santa Clara o Las Concepciones, entre otras, y que actualmente se encuentran en curso. La ciudad de Soria sigue apareciendo, con su Ayuntamiento a la cabeza, como una de las entidades que mayor licitación de obra pública realiza con lo que supone en fase de ejecución en empleos y en inyección económica para empresas y proveedores. La ejecución presupuestaría roza el 90% en términos generales, el 60% en fase A, el 41,25% en fase D y del 32%, en fase O cuando en 2018 la cifra rondó el 17%. Este porcentaje sigue estando condicionado por la inclusión, como en años precedentes, de proyectos que dependen de otras administraciones a los que no se va a renunciar.
Respecto a la deuda, la cuenta general recoge un endeudamiento del 56,74% que, incluyendo Plan Reindus y Avanza, se sitúa en un porcentaje del 63,18%, una cantidad muy por debajo del 75% de los ingresos corrientes liquidados que marca la legislación como tope para mantener la autonomía económica municipal y no precisar de ningún plan de estabilidad financiera. Esta cifra se ha ido reduciendo en los últimos años de manera significativa, dentro también, de “esa línea por la que apostamos de un endeudamiento controlado en función de las necesidades de la ciudad y un equilibrio entre los gastos y los ingresos”.
