El Capricho de Gaudí, la reliquia cántabra del arquitecto

Aunque todo el mundo asocia sus creaciones a Barcelona, en Comillas (Cantabria) también puedes visitar una de ellas

Seguramente cuando pienses en Gaudí, inevitablemente te venga a la mente una imagen de Barcelona. Sí, es verdad. No existiría Barcelona sin Gaudí, ni Gaudí hubiese llegado tan lejos si no hubiese tenido a Barcelona como centro de experimentos arquitectónicos. Pero ¿y si te decimos que la huella de Gaudí no se quedó solo en la ciudad condal y se extendió por otros lugares de España?

Te proponemos un viaje, lejos de Barcelona, exactamente a 750 km de la capital catalana. Así que si estás buscando cosas ​que hacer en Barcelona​, tal vez este no es el contenido que buscabas. Aunque, también tenemos que confesarte que igual lo que tenemos que decirte es mucho mejor aún.

En ​Vipealo.com​, somos muy de secretos, de lugares recónditos, en fin, sitios desconocidos por la mayoría de los mundanos. Pero eso al mismo tiempo es nuestra razón de ser. Te daremos más pistas del edificio. Tiene un total de 720 metros cuadrados, 20 metros de altura y se ubica en Comillas, un pequeño pueblo de Cantabria que consiguió enamorar a Gaudí.

¡Justo! Hablamos de ​El Capricho de Gaudí​, conocida oficialmente como Villa Quijano. Pese a que esta se encuentra a muchos kilómetros de la ciudad, su historia está íntimamente ligada a la historia de Barcelona, concretamente a la de una familia muy importante de la ciudad condal, la familia Güell. El actual edificio en cuestión era la residencia de suegro del empresario Eusebi Güell, el que al mismo tiempo fue uno de los principales mecenas de Antonio Gaudí.

Tras realizar varios diseños para el marqués de Comillas, este le encargó el diseño de esta construcción. Para ello, se inspiró en Oriente, aunque también utilizó aspectos góticos, orientales, mudéjar y nazaríes. Pero su mayor mazazo fue durante la Guerra Civil, ya que este fue totalmente abandonado. Aun así y aun estando abandonado, se declaró Bien de Interés Cultural en 1969, lo que llevó al ayuntamiento de Reus a solicitar que lo trasladasen a su término municipal. Pero poco después, descendientes de Güell decidieron venderlo por un total de 16 millones de pesetas.

A partir de ahí, esté pasó a ser un restaurante conocido bajo el mismo nombre y, finalmente, en 1992 el grupo japonés, Mido Development, lo adquirió. Con la crisis cerró el restaurante y reconvirtió el espacio en el museo que podrás visitar en la actualidad.

Sí, lo sabemos, te entran ganas de visitarlo, así que presta atención a lo que te contamos a continuación. Existen muchas posibilidades de recorrer tanto su interior como el exterior. Además, allí también existen varias exposiciones permanentes de Gaudí, como por ejemplo ‘Gaudí: el origen' o ‘Exposición de sillas de Gaudí’, que te servirán para conocer un poco más acerca del autor y comprender mucho mejor todas y cada una de sus construcciones.

¿Te podemos contar un secreto de su arquitectura? ¿Sabías por qué sus habitaciones se distribuyeron de la manera en la que están? Gaudí quería que el Sol fuese uno de los elementos clave en la arquitectura de la casa y, por consiguiente, la luz natural un factor muy importante. Por eso, este diseño las habitaciones para que el sol, conforme iba moviéndose, fuese alumbrando una habitación en particular, dependiendo de la actividad que allí se realizase.

Sus girasoles, sus balcones de hierro forjado, sus curiosas columnas, sus cerámicas… Es un auténtico espectáculo ya no tan solo para los amantes de la arquitectura, sino para aquellos que quieren sorprender a todos y cada uno de sus sentimientos. Ya no tienes excusa si no estás por Barcelona y alrededores, el norte también es una buena opción para conocer las piezas de Gaudí.

Entrando en la página solicitada Saltar publicidad