1997 fue el gran año del atletismo soriano. En el Mundial de Atenas, Abel Antón ganó el oro en maratón y Fermín Cacho, la plata en 1.500.
A Cacho, que se movía con cierta 'comodidad' en 3:32 en los mítines y con total comodidad en los campeonatos a cualquier ritmo, le faltaba un gran registro para, de un plumazo, quitarse esa etiqueta de corredor de campeonatos, etiqueta que cualquier atleta del mundo querría para sí.
La final de Atenas de 1.500 fue el 6 de agosto. Oro fue El Guerrouj (invicto ese año) y bronce Reyes Estévez. Ellos tres, junto a Morceli, Niyongabo y toda la élite del momento, se juntaron una semana después en la gran reunión atlética del mundo: la Weltklasse de Zurich.
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Aquel día, en un apoteósico final, Cacho estuvo a punto de ganar al marroquí. Se quedó a cuatro centésimas. Su marca de 3:28.95 fue récord de España y récord de Europa, despojando de su condición previa a José Luis González y Steve Cram.
Cacho perdió el récord el 19 de julio de 2013 en Mónaco (3:28.81, Mo Farah). Ellos dos, Baala, Cram y Coe son los cinco únicos europeos Sub 3:30, grupo al que llaman a la puerta los Ingebrigtsen.