La Junta finaliza la restauración de la cubierta de la ermita de San Mamés, en Montenegro de Cameros

La intervención en esta ermita, declarada BIC en 1983, se ha centrado, fundamentalmente, en la zona del presbiterio

La delegada territorial, Yolanda de Gregorio, ha visitado esta mañana la localidad de Montenegro de Cameros, donde la Junta de Castilla y León ha finalizado las obras de restauración de la cubierta de la ermita de San Mamés. Esta actuación, que cuenta con financiación de los fondos FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional), se ha ejecutado dentro del programa ‘Uno por uno’ de la Consejería de Cultura y Turismo, aportando 24.800,16 euros la Junta de Castilla y León y 7.415,49 euros la Diócesis de Osma-Soria.

Junto a la delegada, han visitado la ermita el alcalde de Montenegro de Cameros, Enrique Iriondo; el párroco, José Antonio Ines; el jefe del Servicio Territorial de Cultura y Turismo, Carlos de la Casa; y técnicos de Patrimonio y representantes de la empresa soriana Construcciones Llorente Izquierdo S.L., que ha sido la encargada de realizar esta obra, bajo la dirección del citado Servicio.

Declarada Bien de Interés Cultural, como monumento histórico-artístico, el 20 de abril de 1983, la ermita de San Mamés es el típico templo del románico rural, con datación desconocida. Último reducto de los cameros sorianos, se asienta en la zona denominada ‘El Campillo’; es sencillo, con una sola nave, ábside semicircular y única cubierta con armadura de madera. Toda su fábrica es de mampostería, salvo la portada, cornisas, ángulos y encintado de vanos, realizados en sillería.

En su momento contó con una serie de pinturas, prácticamente desaparecidas, datadas muy probablemente en la segunda mitad del siglo XII. Además, en 1985, fue objetivo de excavaciones por parte de furtivos. Estos ataques al patrimonio provocaron unos estudios arqueológicos que pusieron al descubierto restos funerarios de momentos medievales.

Obras realizadas

En el exterior del templo se observaron tejas removidas en la zona del ábside y en el voladizo de los aleros, comprobando restos de tejas en el suelo, alrededor del templo, procedentes de caídas de piezas sueltas en aleros. Realizada la visita técnica, se comprobó el mal estado de la cubierta, así como de los canes de madera del voladizo en alero del muro al norte, y la tablazón superior del mismo, viendo la necesidad de su sustitución.

La intervención ha consistido en el repaso de las cubiertas, especialmente de las tejas de los aleros afectadas por el viento, fragmentadas y removidas y la sustitución de la tablazón, dado el mal estado de los aleros y de los canes, ya en un avanzado estado de deterioro, con la inserción de injertos de madera y su tratamiento de color y entonación con los existentes.

Durante la ejecución de la obra se constató el mal estado de los canes de madera en los aleros era generalizado, por lo que se decidió su sustitución con nuevos injertos de madera en todos ellos. También se acordó prolongar la impermeabilización exterior bajo las tejas que llegaban hasta los muros, completado toda la proyección de los aleros, para evitar que vuelva a producirse su prematuro envejecimiento por la humedad de las aguas pluviales.

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