Hoy no hay color ni solemnidad, y la tristeza es diferente

El Lunes de Bailas, el gran colofón de las fiestas sorianas de San Juan, debería estar celebrándose hoy

Parece mentira que, después de cinco días tan intensos y divertidos, los sorianos y forasteros todavía tengan ganas de fiesta una jornada más. Y no es una jornada festiva cualquiera, sino que se trata del gran Lunes de Bailas, un día dividido en dos partes bien diferenciadas, incluso en tres, cada una con su encanto.

La mañana del Lunes de Bailas es el gran momento de la solemnidad de las fiestas de San Juan. Se celebra el único acto religioso de las mismas, acompañado por el gran desfile de las Cuadrillas y de las peñas, primero desde la plaza Mayor hasta la ermita de la Soledad y después desde el templo de la Dehesa hasta, otra vez, la plaza Mayor. Entre ambos desfile tiene lugar la misma en la ermita.

Llegadas todas las Cuadrillas a la plaza Mayor, los diferentes santos rinden su pleitesía a la Virgen de la Blanca, con la excepción de la imagen de la Cuadrilla La Mayor, pues no dejan de ser dos advocaciones marianas. Otro momento de gran colorido es la suelta de palomas y globos por parte de la peña El Cuadro.

Desde la plaza, las 12 Cuadrillas hacen el recorrido por sus barrios, recorrido que se suele alargar algunas horas en las que es importante comer y beber agua para sobrellevarlas lo mejor posible después de tantos días.

El gran momento del Lunes de Bailas llega a partir de las 17.00 horas. A partir de esa hora, de alguna manera, las charangas de las seis peñas consiguen reunirse en el centro de la ciudad de Soria. Cerca suelen estar las directivas y personas vinculadas a las mismas. Desde el centro hasta el río, todas esas charangas juntas cantan sin cesar siempre la misma canción. Por supuesto, se trata de la sanjuanera del 'Lunes de Bailas'. Ahora cuesta imaginar las fiestas de Soria sin sus canciones, pero de vez en cuando conviene recordar que estos festejos ya se celebraron sin estos temas durante varios siglos.

Ello, más que nada, indica el acierto de Don Paco y Don Jesús de dar forma musical a las fiestas sorianas, pues no es frecuente que unos festejos de una ciudad tengan un repertorio musical tan grande.

En el camino del centro al río, el gran desfile de miles de personas canta, baila, come, bebe y se detiene debajo de los balcones solicitando que les echen agua para refrescarse. A veces, el agua no hay que pedirla y viene sola, pues de sobra son conocidas las famosas tormentas que suelen darse la tarde del Lunes de Bailas.

Abajo, en el río, en la pradera de San Polo, un momento mágico, otro más: el concierto de la Banda Municipal de Música mientras los sanjuaneros almuerzan sentados o bailan esas canciones... si la tormenta no lo impide.

Según se va acercando la noche sube toda la marabunta hacia el centro, ya de manera desordenada. A las 22.30, nuevo desfile de la plaza Mayor hasta la Dehesa, donde tiene lugar (23.00) la segunda y última quema de fuegos artificiales de las fiestas.

Y desde ahí, regreso una vez más a la plaza Mayor. Desde hace unos años, el Adiós San Juan tiene lugar justo a medianoche. Es el último concierto de la Banda en fiestas, con la interpretación cronológica de las sanjuaneras más el añadido de algunas otras y con el corolario del 'Adiós San Juan', que también este momento final tiene su canción, igualmente conocidísima y queridísima.

Hoy no hay nada de ello, no habrá lágrimas de los Jurados pero sí mucha tristeza por no haber podido celebrar nuestras fiestas de San Juan.