Isaac Francos, un soriano investigando en Londres cómo responde el sistema inmune al COVID-19

Formado en Salamanca y Barcelona, busca 'pistas' de cómo el virus afecta de distinta manera a los pacientes, mientras pide que no se olvide a Soria ni a los científicos
El soriano Isaac Francos en el laboratorio del King’s College London

Isaac Francos Quijorna es uno de los cientos de sorianos que con 18 años cogió la maleta y salió de la provincia para estudiar una carrera universitaria y ahora participa en una investigación liderada por el profesor Adrian Hayday del Crick Institute en Londres y que busca desvelar cómo responde el sistema inmune al COVID-19.

Isaac Francos apunta a una vacuna para frenar esta pandemia, algo que no es "ni rápido ni fácil" y mientras tanto pide que se cumpla "la distancia social y las medidas higiénicas", también "test diagnósticos" y capacidad de aislar a los contagiados para evitar un repunte.

Es uno de los cientos de sorianos que dejaron la tierra en busca de oportunidades y uno de los cientos de científicos que también ha dejado el país ya que, como reconoce, aunque esta pandemia ha logrado poner en valor el papel de la investigación, es difícil hacerse un hueco laboral y retornar a España donde los sueldos rozan los mil euros y suelen ser a base de becas, sin futuro estable. 

Una tierra, Soria, que echa de menos, a la que viene siempre que puede, como al pueblo de su padre, Quintanas Rubias de Arriba, y a la que como buen soriano le tiene reservada la última semana de junio (menos este año por la suspensión de San Juan). Lamenta el impacto que el coronavirus ha tenido en su provincia y pide al gobierno central y regional que Soria "no vuelva a ser la última" de cara a posibles repuntes. 

Mientras intenta descifrar, lejos de Soria, por qué "algunos pacientes infectados con el virus no muestran apenas síntomas, otros necesitan ser hospitalizados y una minoría tristemente fallece", nos cuenta cómo ha llegado hasta aquí, las singularidades de este virus, de su investigación y del papel de todas las personas que intentan, con la mayor rapidez posible, dar respuesta a esta pandemia.

DE SALAMANCA A BARCELONA

Hasta llegar hasta aquí, Isaac estudió en la Facultad de Biología de la Universidad de Salamanca, hasta el cuarto curso de carrera, donde recibió una beca de investigación sobre el Cáncer en la Universidad de Barcelona y donde finalizó su licenciatura en Bioquímica.

Después de terminar su Licenciatura en Bioquímica y tras cursar el Master de Inmunología Avanzada en la misma universidad, además de un postgrado en Neurociencias, comenzó su doctorado en Neuroimmunología bajo la dirección del Dr. Rubèn Lopez en la universidad Autónoma de Barcelona.

"En esos casi 5 años en los cuales obtuve una beca nacional de Formación de Personal Investigador (FPI), mi proyecto estaba centrado en estudiar el papel de la cronificación de la respuesta inflamatoria tras una lesión de médula espinal y ver cómo, modulando ciertos parámetros del sistema inmune, podemos mejorar la recuperación de estas lesiones", explica el soriano.

Fue tras su doctorado cuando comenzó a cuestionarse si estos patrones de activación de la respuesta inflamatoria y el cómo afectan al deterioro del Sistema Nervioso eran específicos de respuestas traumáticas, o por el contrario, son comunes a otras patologías neurodegenerativas como Alzheimer o Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Motivo por el que decidió unirse al grupo de investigación de la Profesora Elizabeth Bradbury en el Kings College London donde actualmente lleva trabajando tres años como investigador Post-doctoral.

Isaac Francos aclara que su especialidad no es la virología ni las enfermedades infecciosas, sino la respuesta del sistema inmune a patologías del Sistema Nervioso Central, aunque cuando se desató la pandemia no dudó "ni un segundo" en aportar su granito de arena a la causa cuando se le ofreció  colaborar en un estudio sobre el COVID-19 liderado por el Profesor Adrian Hayday del Crick Institute en Londres.

'PISTAS' DE CÓMO EL VIRUS AFECTA DE DISTINTA MANERA A LOS PACIENTES

Se trata de un proyecto en el que trabajan más de 20 investigadores de especialidades y nacionalidades distintas, pertenecientes a varios centros de investigación de Londres, y donde el objetivo principal es investigar a nivel celular y molecular cómo el sistema inmune responde ante esta infección y encontrar 'pistas' de por qué "algunos pacientes infectados con el virus no muestran apenas síntomas, otros necesitan ser hospitalizados y una minoría tristemente fallece".

Y es precisamente ese pequeño grupo de 'pistas' el que intentan identificar para localizar a los pacientes con mayor probabilidad de empeorar y que requieren un tratamiento adicional ayudando así a los clínicos en la toma de decisiones. "Esperamos además, que estos resultados no solo sean importantes en la lucha contra esta pandemia sino que el entender como el sistema inmune actúa frente a este virus sea importante para nuestra respuesta a otras infecciones futuras", confía el investigador soriano.

Una labor que cuenta con la colaboración desinteresada de los pacientes, que permiten el acceso a las muestras, y de los servicios de enfermería de los hospitales donde se realiza.

 

Uno de los pilares de su investigación es tratar de descifrar cómo el virus afecta de con menor o mayor gravedad a los pacientes, algo que "está bastante relacionado con el padecimiento de patologías previas respiratorias o cardiacas entre otras", aunque también, como se ha visto durante estos meses, hay pacientes sin patología previa conocida que desarrollan cuadros clínicos más graves que otros.

"Hasta el momento nuestros resultados van en línea con la evidencia científica acumulada donde un cierto grupo de pacientes con COVID-19 severo sufren una respuesta inflamatoria sistémica no controlada que resulta de la liberación de grandes cantidades de quimiocinas y citoquinas pro-inflamatorias por parte de células del sistema inmune", explica el biólogo, lo que puede "causar un síndrome de dificultad respiratoria aguda así como fallo orgánico múltiple que finalmente conduciría a la muerte en casos graves de infección".

Otro aspecto importante es la acusada linfopenia descrita en casos severos de COVID-19. En el sistema inmune existen unas células denominadas células T, que son uno de los principales 'soldados' que hacen frente al virus y que tras los análisis se ha visto que dichas células en circulación, además de estar disminuidas en número, "parecen estar funcionalmente agotadas", lo que hace que nuestro sistema controle menos la infección. "El identificar algún indicio o pista a nivel celular o molecular que nos haga identificar a los pacientes con mayor posibilidad de desarrollar estas u otras complicaciones es uno de los objetivos de nuestro estudio y sería de vital importancia para los clínicos para el posible ajuste de tratamiento", confía el soriano.

ANTICUERPOS Y CONTAGIO

En relación a los anticuerpos, el investigador señala que existen evidencia científica que hace pensar que la mayoría de los pacientes con Covid-19 desarrollan anticuerpos protectores, sin embargo todavía no se sabe "el periodo de protección que estos otorgan". "Por ahora solo podemos hacer suposiciones basadas en otros coronavirus humanos como el SARS del 2002-2003  donde los infectados estuvieron protegidos al menos por un tiempo de entre 2 y 3 años", recalca Isaac, que apunta a que ese dato solo se conocerá "de manera retroactiva pasado un tiempo".

Francos apunta que la capacidad de contagiar de las personas que no presentan síntomas en principio es menor ya la transmisión es por medio de gotículas que salen de la nariz o boca, si bien "son capaces de transmitir el virus" por lo que incide en la importancia de informarse y de concienciarse de que "aún así pueden transmitir el virus".

En este sentido, recalca que las personas asintomáticas son las que no padecen sintomas ya sea porque estan en etapas tempranas de la enfermedad o porque son tan leves que pasan casi desapercibidas, por lo que al no tener síntomas como tos o estornudos "claramente la posibilidad de transmisión es más reducida, pero todavía son capaces de trasmitir el virus".

A pesar de que el contagio más frecuentes es a través de estas partículas al salir despedidas por la nariz o por la boca, Francos señala que dichas gotículas pueden caer sobre objetos y permanecer durante un tiempo por lo que incide en que para reducir el riesgo de contagio al máximo lo más importante es "continuar manteniendo las costumbres de desinfección e higiene de manos, evitando tocarse los ojos, la boca y la nariz y manteniendo siempre que se pueda una distancia de seguridad".

UNA VACUNA PARA LOGRAR LA INMUNIDAD

Isaac Francos confía en el desarrollo de una vacuna para logra la inmunidad y frenar el COVID-19, algo que ya trabajan muchos grupos de investigación con "resultados preliminares esperanzadores". "A pesar de ello hay que esperar aún un tiempo puesto que no es un proceso rápido ni fácil, ya que hay que probar que sean eficaces y seguras para la población, por no hablar el proceso de producción de éstas una vez se hayan testado", advierte el soriano, que apunta que hay estudios que aseguran que una vacuna con un 70% de efectividad podría ser válida.

En relación a una posible segunda oleada, apela a los informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que sean en formas de repuntes y no como la vivida en la actualidad aunque incide en que para lograr el objetivo hay que "seguir los consejos de los sanitarios, manteniendo las reglas de distancia social en la medida de lo posible y siendo estrictos en las medidas higiénicas".

En base a estas medidas de distanciamiento social y de la mano de la desescalada que se está produciendo en España, el investigador soriano apunta que debe producirse basándose en los indicadores sanitarios de cada región y priorizando "consolidar las medidas higiénicas y de distanciamiento social en la medida de lo posible como estrategia de contención adaptativa; expandiendo los test diagnósticos y aislando pronto a los infectados y poniendo en cuarentena a los contactos". "De esta manera podremos ir poco a poco reactivando la economía sin perder de vista el problema principal que es el sanitario", apunta.

EL CORONAVIRUS EN LA PROVINCIA DE SORIA

Isaac Francos señala que es complejo hacer una radiografía de por qué el virus ha afectado tanto a si tierra, Soria, algo que no puede achacarse a un solo factor.

"Por un lado, existen estudios con resultados más que evidentes que relacionan los flujos de población a principios de marzo entre Madrid y nuestra provincia con la evolución de incidencia y mortalidad", algo que "como se dice en ciencia, relación no quiere decir causalidad, pero los datos están ahí", explica el biólogo.

Francos aclara que la "culpa" no  es de la gente de Madrid que se trasladó a Soria sino que también ha podido ser por residentes en Soria que han ido de visita a Madrid, "o incluso propios sorianos que trabajaban en Madrid y que antes del cierre total volvieron a Soria". 

Otro de los factores es la falta de recursos sanitarios de la provincia, como también reconoce el investigador soriano, que apunta que la "falta de sistemas de protección y análisis a sanitarios y personal de residencias de personas mayores ha sido cuanto menos preocupante". En este punto, reivindica que de cara a posibles repuntes, Soria así como tantas otras provincias de la España vaciada, "no vuelvan a ser una vez más la última prioridad tanto del gobierno autonómico como del central, y contemos con más herramientas para hacer frente tanto a esta como a otras crisis de este tipo".

"Con todos estos datos, sumados a el elevado porcentaje de personas mayores de 65 años no es de extrañar el fuerte impacto del COVID-19 en nuestra provincia", relata Francos que destaca el comportamiento ejemplar de la población, trasladado por sus familiares y amigos que viven en Soria.

El biólogo lamenta mucho cómo la pandemia ha afectado a una tierra a la que viene siempre que puede pero que "nunca es suficiente". Su jefa en Londres ya sabe que la última semana de junio está reservada para sus vacaciones y para escaparse a San Juan (aunque este año no es posible por la suspensión de las fiestas), algo que como buen soriano no se pierde "por nada del mundo".

"El ritmo de vida que se vive en una ciudad como Londres desgasta mucho y echo mucho de menos la tranquilidad de allí y me escapo a Soria o al pueblo de mi padre (Quintanas Rubias de Arriba) siempre que puedo, el dar una vuelta por el monte o almorzar con mi familia no está pagado con dinero y por supuesto unas cañas y unos pinchos con los amigos tampoco", señala el investigador mientras espera poder pronto una respuesta a sus investigaciones.

PRECARIEDAD DEL ÁMBITO CIENTÍFICO EN ESPAÑA

Isaac Francos lamenta la precariedad laboral en el ámbito científico en España."Es increíble como España no solo está muy lejos de la inversión que hacen países como Alemania de más del 3% de su PIB, sino que está muy por debajo del 2% de la media Europea invirtiendo solo un bajísimo 1,2%. Es muy fácil recortar de algo cuyo resultado no va a ser reflejado en la actual legislatura ya que los recortes en ciencia no se notan de manera inmediata sino pasados unos cuantos años", incide.

En este sentido, explica que España no puede pretender "ser tan competitivos ni tener la riqueza de estos países que de verdad apuestan por la ciencia sin estar dispuestos a invertir para generarla y todo empieza por dejar de ver la I+D como un gasto que recortar en cada crisis y en su lugar entenderlo como una inversión que nos sacará de futuros baches".

Una mermada inversión en ciencia que, unido a la inexistencia de una carrera investigadora como tal en el país, hace que muchos investigadores, como el soriano, tengan que marchar afuera de un país donde los salarios rondan los mil euros.

Un problema que se agrava a la hora de que estos científicos quieran regresar a España ya que las oportunidades llegan mediante becas en las que "te aseguras nada más que un futuro para los 3-4 próximos años", algo muy "frustrante" para los cientos de investigadores que viven de contratos temporales que hace "buscar constantemente el próximo proyecto".

"Toda esta inestabilidad,  te impide hacer planes vitales como asentarte en una ciudad o formar una familia viviendo en una continua 'patada y a seguir' que unida al estrés generado por la obligación de publicar resultados que te hagan competitivo para seguir en esta rueda de becas/contratos de 3-4 años provoquen la altísima tasa de abandono de la carrera investigadora en nuestro país", lamenta Isaac, que lamenta que pese a reconocer la importancia de este colectivo durante esta crisis "nada va a cambiar la situación".

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