Cuando la noticia es que no hay noticias

Todavía no sabemos hasta cuándo, pero sí sabemos que cada uno tenemos en nuestra mano la posibilidad real de acercar el fin

Soria (y España) afronta unos días inimaginables hace unos meses, incluso cuando se empezaron a escuchar los primeros contagios de coronavirus en China o cuando este virus se convirtió en un gran problema en el gran país asiático y ya había algunos casos en el norte de Italia, que en aquellos primeros días todavía parecía lejano.

Desde hace menos de una semana, sin embargo, ya nos hemos dado cuenta todos de lo cerca que estamos unos de otros, la pandemia nos ha colocado enfrente de espejos cuya existencia desconocíamos y ha provocado la parálisis casi absoluta de todos los sectores salvo el alimenticio, el de los combustibles y el sanitario.

La previsible saturación de este último ha provocado una oleada de llamadas a la responsabilidad para minimizar dos riesgos. Primero, la expansión del contagio. Segundo, la posibilidad de que se produzcan otras emergencias.

 

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Soria, que estaba ya como cada año por estas fechas alejándose del letargo invernal, tenía para este fin de semana numerosas actividades previstas, tanto en la capital como en la provincia. Lo mismo sucede en los dos fines de semana que restan del mes de marzo, por no hablar de la Semana Santa.

Todas esas actividades puntuales no se celebrarán. A ello se suma el parón absoluto de las competiciones deportivas de todo tipo, desde escolares hasta profesionales, que cada fin de semana visten de corto a cientos y cientos de sorianos.

La gran noticia del coronavirus ha eliminado el resto de noticias que habitualmente deberían ocupar los espacios y tiempos de los medios de comunicación, todavía no sabemos hasta cuándo, pero sí sabemos que cada uno tenemos en nuestra mano la posibilidad real de acercar el fin.