La adaptación de la osezna 'Saba' a su nuevo entorno evoluciona con normalidad

La cría de oso cantábrico reintroducida a finales de octubre en el Parque Nacional de los Picos de Europa se está aclimatando a su nuevo entorno con normalidad

La cría de oso cantábrico reintroducida a finales de octubre en el Parque Nacional de los Picos de Europa se está aclimatando a su nuevo entorno con normalidad. Por primera vez se ha podido establecer contacto visual con el ejemplar y se ha comprobado que presenta un buen aspecto.

Desde el momento de la suelta de la osezna ‘Saba’ se ha realizado un importante trabajo de seguimiento del ejemplar por parte del personal del Principado de Asturias, de la Junta de Castilla y León y del propio parque. La labor desarrollada ha permitido confirmar que la osa ha alternado periodos de inactividad en los que ha permanecido refugiada con otros en los que merodeaba buscando alimento.

Además, en el marco de estas actividades de seguimiento, se ha podido confirmar la presencia de dos ejemplares subadultos de oso pardo en las proximidades

La liberación de la osa se realizó en condiciones de extrema precaución y sin contacto con humanos para aumentar las posibilidades de éxito de su reintroducción en el medio natural. De este modo, la zona de la suelta fue elegida tras analizar múltiples variables, entre otras la disponibilidad de alimento y la baja presencia de personas.

Asimismo su traslado al núcleo oriental de la Cordillera Cantábrica puede contribuir a conectar la población osera presente en esta área, no muy numerosa, con la del occidente, mucho más estabilizada.

 

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La Guardería de Medio Natural del Principado, en colaboración con técnicos especializados, recogió a la cría en las inmediaciones del cercado osero de Proaza a finales de mayo del pasado año. Padecía desnutrición, deshidratación y alteraciones neurológicas y fue enviada a un centro veterinario para estabilizarla. Tras experimentar una leve mejoría se acordó su traslado al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre, en Cantabria, unas instalaciones específicas para el tratamiento de osos pardos.

Durante los tres meses que permaneció allí estuvo bajo control permanente y especializado, aunque sin contacto visual con sus cuidadores, y alcanzó un desarrollo óptimo, hasta llegar a los 23 kilogramos de peso. En ese momento, el pasado septiembre, se trasladó al recinto de Valsemana (León), espacio en semilibertad, aislado y con un adecuado enriquecimiento ambiental, como paso previo a su reintroducción en el medio natural, la cual se produjo a comienzos de noviembre

Las administraciones de Asturias, Cantabria, Castilla y León y el Ministerio para la Transición Ecológica han mantenido una intensa y constante colaboración en todo el proceso. Este trabajo ha permitido la actualización de los protocolos de rehabilitación, sedación, radiomarcaje, traslado y liberación de crías de oso pardo, cuestión de mucha utilidad de cara a futuros casos similares.

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