Medinaceli revivió anoche con serenidad su ritual más ancestral con la celebración del Toro Jubilo

En una jornada fría y sin incidentes, Medinaceli volvió a celebrar el único toro de fuego de Castilla y León
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Medinaceli cumplió anoche de nuevo con la tradición de su antiquísimo rito del Toro Jubilo, el único toro de fuego que se conserva en la comunidad autónoma. Centenares de personas se agolparon alrededor de la plaza de toros instalada en la plaza Mayor de la villa, en la parte alta del pueblo, uno de los escenarios más imponentes de la provincia, presidido por el Palacio Ducal y la Colegiata, de la que cuelgan año tras años unas letras de gran tamaño informando de la festividad que se celebra en el pueblo.

Después de los incidentes de años anteriores, el despliegue de seguridad y las medidas de acceso al recinto permitieron que el festejo pudiera desarrollarse, en ese sentido, con normalidad. Sobre las 23.30 horas se abría la puerta por la que salió el toro, atado con una soga para mantenerlo firme, una vez dentro de la plaza, junto al palo en el que se le aplica el fuego y el barro con el que es cubierto.

Una jornada, como también suele ser habitual, con mucho frío en la localidad soriana.

 

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Uno de los momentos más especiales de la noche llegó cuando un joven de la localidad cortó la maroma que une al toro con el palo, después de que el resto de jóvenes del pueblo prendiera las bolsas de fuego del astado protagonista de la noche.

En esta ocasión el festejo se desarrolló con normalidad. Hace dos años las bolas de fuego se apagaron en menos de un minuto pero anoche los asistentes pudieron disfrutar del festejo en todo su esplendor. Era media noche, sobre las 0.00 horas, cuando se apagaba la primera de las dos lumbres que portaba el animal y la segunda, pasadas las 0.45 horas. En ese tiempo, como también es tradición, los mozos saltaron al ruedo para citar al animal.

Una vez que el fuego se apagó, el Toro Jubilo 2019 regresó hasta corrales, donde es indultado y volverá con su ganadería de origen. Los fuegos artificiales pusieron un año más el punto final a este festejo declarado de Interés Turístico Regional por su carácter único y por la gran cantidad de personas que reúne todos los años.