Tras siete generaciones, Confitería Almarza continúa la tradición como uno de los más antiguos obradores artesanos de España. Yemas, paciencias, pastas del Zarrón y otras especialidades con la marca de garantía Tierra de Sabor distinguen a esta empresa artesana certificada por la Junta de Castilla y León y situada justo a la entrada de la plaza Mayor de Almazán.
Aquel establecimiento que abrió en 1820 como confitería y cerería, luego también fábrica de chocolates y ultramarinos, quiere mantener y difundir a través de su establecimiento comercial la calidad de su dulce tradicional que elabora mediante procesos artesanales y con materias primas en su mayoría locales y provinciales.
Son productos basados en formulaciones y modos de manufactura heredados de generaciones anteriores y son el resultado de muchos años de trabajo, experimentación y aprendizaje que han devenido en dulces tradicionales asociados a festividades, costumbres y a la propia villa de Almazán.
Recibirá un premio como empresa centenaria en la Gala del 120 aniversario de la Cámara de Comercio, el jueves 14 de noviembre a las 18.45 en el Palacio de la Audiencia