Dos denuncias en la comarca de Almazán en el inicio de la temporada general de la caza menor

Se ha denunciado un cazador por diversas infracciones cuando practicaba la caza de zorzales en un puesto fijo utilizando un reclamo prohibido y a otra persona que practicaba la caza sin licencia y sin permiso del titular del acotado

Con el inicio, el pasado 29 de octubre, de la temporada general de la caza menor, los agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León han intensificado los operativos de vigilancia y control de la actividad cinegética, que ya comenzó, en lo que a menor se refiere, el 1 de octubre con la apertura de la modalidad de caza en pasos tradicionales de palomas y zorzales en migración.

La Ley de Caza de Castilla y León ordena y fomenta el ejercicio de la caza en nuestra Comunidad bajo el principio de la conservación de la naturaleza y su consideración como actividad dinamizadora de las economías rurales.

Durante este periodo, los agentes medioambientales y celadores de la Junta mantienen un contacto directo con los cazadores por todo el territorio provincial para, además de realizar un seguimiento de la actividad mediante encuestas y toma de datos de las capturas obtenidas y rendimientos, comprobar que, efectivamente, este colectivo está comprometido con el conocimiento y cumplimiento de la normativa cinegética vigente.

La caza se presenta en la actualidad como una actividad que debe ejercitarse de manera racional y ordenada, de tal manera que se garantice la existencia permanente del propio recurso, es decir, el estado de conservación favorable de las especies que aquí se regulan, contribuyendo a la estabilidad de los procesos y equilibrios naturales.

En uno de los controles realizados por los agentes medioambientales en líneas de puestos fijos de caza de aves migratorias, concretamente en el término municipal de Maján, sorprendieron a un cazador cometiendo varias infracciones, por lo que se procedió a la instrucción de la correspondiente denuncia que conllevará el correspondiente expediente sancionador. El cazador estaba haciendo uso de un reclamo electrónico para atraer zorzales, cuya utilización para la caza está prohibida, y entre las capturas obtenidas se encontraba un ejemplar de mirlo capiblanco, especie no cinegética, con poblaciones escasas en Soria y catalogada ‘de interés especial’ en el catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

 

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Además, en el registro que realizaron los agentes medioambientales en el vehículo del cazador, estacionado cerca del puesto, encontraron otros dos reclamos electrónicos, cuatro balas y 25 cartuchos de postas, un silenciador para un rifle del calibre 22, cuya tenencia está prohibida, y un rifle de este calibre, enfundado y descargado, un arma prohibida para la caza.

La documentación de todas las armas que portaba se encontraba en regla, así como los permisos necesarios para la caza. Al cazador se le comunicó por los agentes medioambientales los hechos constitutivos de infracción a diferentes normativas (Ley de Caza, Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad y Reglamento de Armas) y se le decomisaron el arma empleada en la caza, las artes y medios ilegales y la caza capturada.

En otro de los controles practicados en la caza menor, también en la comarca de Almazán, se sorprendió a una persona que cazaba en un acotado sin licencia de caza de Castilla y León y sin la correspondiente autorización del titular cinegético, decomisándole el arma utilizada y dos perdices abatidas.

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