Invención y uso de los prismáticos

Los prismáticos llevan con nosotros mucho tiempo. Desde su primera comercialización a finales del siglo XIX han evolucionado y sus usos han sido muy diversos. Todos conocemos la importancia de elegir un buen prismático y, por ello, este artículo va a ayudarnos a conocer mejor tanto su origen como sus múltiples usos. 

Los orígenes de los binoculares

La primera vez que se oye hablar de unos binoculares similares a los modelos que existen hoy en día es en el año 1854, cuando el inventor italiano Ignacio Porro patentó los que son conocidos como los primeros prismáticos. La idea era desarrollar unos “telescopios de doble lente” pero, lamentablemente, el invento de Porro fue un total fracaso.

Unos años más tarde apareció en la Feria de Comercio de Viena otro modelo de prismáticos que era muy similar al patentado por Porro, obra en esta ocasión del alemán Ernst Abbe. Tampoco logró la atención popular. 

No sería hasta el tercer intento cuando, por fin, los prismáticos obtuvieron la acogida y expectación que merecían. Mejorando la calidad del vidrio, el propio Abbe presentó, junto al químico Otto Schott, un modelo que sería el germen para los que vendrían después.

La compañía alemana Carl Zeiss, en la que trabajaba Abbe, consiguió la patente para Alemania y comenzó a comercializar unos binoculares “con una distancia doble al objetivo”. Se comercializaron en 1893 y, siete años después, se habían vendido ya cerca de 10.000 modelos. Era el comienzo del éxito de un invento que pronto adquirió múltiples usos, muchos de los cuales han llegado hasta nuestros días.

Tipos de prismáticos según el prisma  

Los binoculares no hubieran sobrevivido al paso del tiempo si no se tratara de unos aparatos muy prácticos, efectivos y con múltiples usos. Todos los consejos para comprar un prismático pasan por conocer primero qué uso se va a hacer de ellos. 

Prácticamente nadie desconoce que los prismáticos amplían la imagen de personas, lugares  u objetos que están lejos. Pero, una vez establecida esta premisa, basada en el conocido como efecto de estereoscopía, existen diferentes tipos de binoculares.

Atendiendo a la clase de prisma (que corrige la imagen para que podamos verla de forma correcta) hay dos tipos de binoculares: de porro y de techo o tejado. 

Los binoculares de porro, que deben su nombre al inventor italiano del que ya hemos hablado anteriormente, tienen una disposición no lineal. Son pesados y de gran volumen y suelen ofrecer imágenes muy nítidas.

En cuanto a los binoculares de techo o tejado, su prisma está alineado con las lentes, por lo que son más pequeños y compactos, ligeros y manejables. 

Principales tipos de prismáticos según su uso 

Por otra parte, si atendemos al uso que se quiere hacer de ellos así como sus destinatarios, los binoculares pueden dividirse en:

Prismáticos nocturnos.  Incluyen visión infrarroja para poder ver bien de noche. Pueden ser utilizados en plena oscuridad y son recomendados para tareas de vigilancia realizadas por profesionales.

Prismáticos para niños.  Se suele tratar de modelos más económicos, ligeros y coloridos. Son muy sencillos de manejar, tienen distintos aumentos e, incluso, los hay por menos de 15 euros.

Prismáticos de astronomía.  Son modelos de gran calidad y su principal finalidad es permitir observar las estrellas. En esta clase de binoculares es importante atender a la luminosidad o capacidad del aparato para captar la luz y transmitirla, aumentos y distancia mínima de enfoque. 

Prismáticos marinos. Puesto que su finalidad es observar y ampliar la imagen en actividades acuáticas, la principal característica diferenciadora de estos aparatos debe ser su impermeabilidad. Los mejores prismáticos marinos tienen ópticas de minerales de vidrio.

Prismáticos para caza.  Tradicionalmente, la caza es una de las actividades en las que ha sido más habitual la utilización de binoculares. Los prismáticos de caza más sofisticados constan de telémetros, que permiten medir la distancia al objetivo. Hay telémetros con modo de escaneo, que miden la distancia de forma constante sin detenerse, con modo lluvia, que tienen en cuenta el clima para evitar errores y con primer objetivo, que toman la medición del punto más cercano dentro del campo de visión. 

Prismáticos para ornitología. Otra actividad al aire libre en la que es muy importante llevar unos buenos prismáticos es la ornitología. Para observar las aves es necesario contar con unos prismáticos de gran calidad y nitidez de imagen. Han de tener un buen campo de visión y una distancia mínima de enfoque adecuada.

Prismáticos de golf.  Por último, los prismáticos de golf son una variedad de binoculares cada vez más en alza. Son aparatos fabricados con los mejores materiales para proporcionar una gran durabilidad, resistentes y con un importante factor de ampliación. Son muy utilizados por los deportistas más perfeccionistas. 

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