¿Qué había en Soria en 1119? Ermita de San Baudelio

Fotos: Concha Ortega y cedidas

Esta pequeña ermita situada en Casillas de Berlanga se construyó a finales del siglo XI y las pinturas del interior se añadieron seguramente a lo largo del siglo XII. Estamos en el límite temporal que nos habíamos marcado, 1119, pero quién sabe si ese mismo año no estaba el maestro pintor decorando el interior de la ermita... Lo que sí está claro es que el templo ya había sido construido, integrando una gruta que debió ser habitada por algún eremita.

La sencillez externa de la construcción contrasta con su singular arquitectura interior y no permite imaginar la riqueza de las pinturas que un día la adornaron. Llama la atención la pilastra central de la que salen ocho arcos de herradura, simulando una palmera.

La historia de los frescos de San Baudelio es bastante azarosa. Sorprende leer que la ermita fue utilizada en algún momento para guardar ganado. Posteriormente, en 1922, los frescos fueron adquiridos por el marchante de arte Leon Levy a sus propietarios, varios vecinos de Casillas. Se pagaron 65.000 pesetas por las obras, un total de 28. Cuando saltó la voz de alarma era demasiado tarde, los técnicos habían arrancado las pinturas de las paredes (lo que se puede ver hoy día son únicamente las huellas de las  originales).

Aun así, se consiguieron inmovilizar, pero en 1925 el Tribunal Supremo dio la razón a los compradores, decisión sorprendente ya que la ermita había sido declarada Monumento Nacional en 1917. Las pinturas salieron de España con destino Londres. Allí fueron fijadas en lienzo y trasladadas a Estados Unidos donde se diseminaron entre varios museos: Museum of Fine Arts de Boston, Indianapolis Museum of Art, Cincinnati Art Museum y Metropolitan Museum of Art de Nueva York (The Cloisters).

En la imagen superior vemos una representación de la Última Cena que se encuentra en el Museum of Fine Arts de Boston. Puede verse y descargarse libremente en su página web y también se pueden pedir copias impresas online. También podemos leer en esta web la cantidad que el museo pagó en 1927 por la Última Cena: 117.500 $.

En el Museo del Prado, gracias a un depósito indefinido del Metropolitan Museum of Art de Nueva York  (que a cambio recibió el ábside de San Martín de Fuentidueña de Segovia) se pueden contemplar varios de los frescos originales. En la imagen superior vemos representada una cacería de liebres.