Quintanilla de Tres Barrios pinga el mayo en la antesala de un mes de eventos tradicionales

El mayo en esta localidad de la Ribera del Duero nunca ha sido pino sino un ejemplar de chopo elegido entre los de mejor porte

En un anochecer plácido del último día de abril, a las 21.00 horas, las gentes de Quintanilla de Tres Barrios volvieron a pingar el mayo. Rito que abre un calendario de eventos vinculados a costumbres y tradiciones de carácter popular con connotaciones laicas y religiosas.

Este pueblo de la ribera del Duero es uno de los pocos de la provincia, a excepción de la zona de Pinares, que viene conservando esta ancestral costumbre, renacida hace cuatro años tras tres décadas olvidada, de reafirmar el tótem de la fertilidad en un mes clave para el campo como es mayo. Hay quien considera este símbolo como el Príapo fecundador de los cultivos agrarios.  

El mayo en Quintanilla de Tres Barrios nunca ha sido pino sino un ejemplar de chopo elegido entre los de mejor porte. Previamente se ojean los lugares y se elige el más conveniente Este año el paraje de procedencia ha sido el de la Dehesa, boyal y mular en otros tiempos, hasta donde se desplazó un nutrido grupo de personas que llevaron a cabo la tala del chopo para transportarlo después hasta el lugar erigido, la plaza Mayor, en el que se procedió a enclavar el árbol tras haberle desmochado las ramas dejando el penacho superior. Antiguamente se colocaba una botella de licor o una bolsa de frutas y para hacer menos accesible el reto a los valientes que deseen trepar a lo alto de la copa para hacerse con el señuelo, se le solía dar grasa al tronco. 

 

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Entre la maña y la destreza, que suelen superar a la fuerza, el grupo de personas afanadas en la tarea consiguieron izar el árbol, de unos 16 metros de alto. No suele ser tarea fácil teniendo en cuenta el peligro que conlleva por encontrarse cerca el tendido eléctrico. No faltaron los vítores del gentío que se dio cita para presenciar en directo el evento, lo que generó tal expectación que cundieron los ánimos y lograron su propósito en no más de media hora sin apenas contratiempos.

Antiguamente la tradición del mayo quedaba en manos de los mozos, como otras muchas del calendario costumbrista, pero la mengua de población y de gente soltera para empinarlo hace que colabore todo aquel que se preste al evento para conservar una tradición ancestral vinculada al pueblo.

Aquí permanecerá in situ para después volver a despingarlo una vez acabado el ciclo mensual de su fertilidad. En el pasado el chopo se subastaba y con el dinero recaudado se hacía una merienda más de las muchas que se prodigaban entre las cuadrillas. En la noche de ayer sería la bien ganada parrillada para reponer fuerzas tras haber superado el reto de pingarlo.

El calendario de eventos de mayo tiene su continuidad en el día de hoy con la representación del pueblo en San Esteban de Gormaz para celebrar el día de la Concordia, en la que se juntan todos los pueblos de la comarca en una velada sacra. La tradición de la Bendición de campos del día 3, día de la Cruz de mayo, es posible que se posponga al día 15, San Isidro, y ambos actos se celebren conjuntamente, como viene siendo habitual durante los últimos años.

Quedará, como tradición más arraigada en el pueblo, la romería a la Atalaya, que este año como fecha excepcional (por lo general siempre cae en mayo) tendrá lugar el sábado 1 de junio, en el entorno del día de la Ascensión.  

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