Irene Fernández: Una personalidad labrada sobre el 'green'

Irene Fernández García. Fotografía: Concha Ortega

HISTORIAS DEPORTIVAS Los prejuicios que ha tenido el golf durante años se están derrumbando en Soria a pasos agigantados gracias a jugadores jóvenes que, en su día, también tuvieron algunos recelos al acercarse al 'green', como fue el caso de Irene Fernández García (Soria, 11-01-1992). Curiosidades del deporte, donde Irene veía un deporte "de gente mayor", se acabó encontrando a un grupo de jóvenes jugadores con los que pronto fraguaría una bonita amistad.

Leer todas las Historias Deportivas

Siendo más joven jugó al voleibol, pero no llegó a despertar su pasión deportiva. Habría que esperar a los quince años para descubrir un deporte que iba a marcar su carácter y personalidad para siempre. Y eso que de primeras puso resistencia, ya que su padre, que era jugador, le invitaba a acompañarle al campo de golf de Pedrajas sin éxito. Le daba "pereza" jugar a un deporte "de gente más mayor", pero un verano le dio una oportunidad al golf, y en el campo de Soria conoció a un grupo de jugadores jóvenes con los que rápidamente hizo "piña".

No tardó en engancharse, sobre todo cuando empezó a mejorar, a descubrir los entrenamientos, a ver los resultados... Su padre ya no tendría que insistir más, ahora iría por su propia afición. Al poco tiempo empezó a jugar torneos, a competir, y probablemente fue el espaldarazo definitivo para que el golf no le haya dejado de acompañar desde entonces. Y es que Fernández descubrió el hándicap y la posibilidad de medirse a sí misma, despertando por completo su interés.

Competía contra sí misma y este afán de mejora y exigencia no tardaría en dar sus frutos, ya que unos meses después le ofrecieron ocupar un puesto en el equipo de competición femenino de Castilla y León juvenil. Este paso le permitió comenzar a competir lejos de Soria y abrirle un mundo nuevo, aprendiendo a descubrir la competición, viajando y conociendo a más jugadoras femeninas, ya que en Pedrajas escaseaban.

Durante años compaginaría estudios y afición deportiva, incluso jugaría el torneo universitario en León, uno de sus campos preferidos, pero el marcharse de Erasmus, donde tendría más difícil seguir jugando o conocer a nuevos jugadores en Sicilia (Italia), propiciaría que comenzara a "desengancharse".

Hoy día afirma jugar "a nivel jubilada" con su padre y sus amigos cuando viene a Soria, ya que sus amigos o compañeros de trabajo de Madrid no juegan al golf. Y es que la semilla germinada está en su interior, ya que si pudiera, reconoce que le gustaría competir. El golf ha labrado su personalidad en buena medida y así lo asume, aportándole confianza en sí misma, tanto, que su último coqueteo deportivo le ha llevado al boxeo, disciplina que realiza en la capital. Aunque a priori son dos deportes totalmente diferentes, seguirá poniendo en práctica sobre el ring el control de movimientos que aprendió en su día en el 'green'.