El taller diocesano de restauración ha intervenido en 25 obras en 2018

La tarea de restauración del Taller, situado en el recinto del Seminario diocesano de El Burgo de Osma, la desarrolla Paquita Diestro Ortega

El Cristo de la parroquia de Judes, la Piedad de la parroquia de Recuerda, un Sagrario para la iglesia de Santa María de Almazán o San Acacio de la parroquia de Blacos son algunas de las quince piezas que en 2018 han sido restauradas por el Taller diocesano de restauración de la Diócesis de Osma-Soria. A estas quince obras del patrimonio diocesano se suman otras diez cuyo proceso de restauración está muy avanzado. En total, 25 obras del patrimonio diocesano “salvadas” por la Diócesis en el año pasado.

La tarea de restauración del Taller, situado en el recinto del Seminario diocesano de El Burgo de Osma, la desarrolla Paquita Diestro Ortega, restauradora profesional y licenciada en Bellas Artes, “junto a un grupo de voluntarios debidamente formados y guiados por mí misma que, día a día, se afanan en intervenir en imágenes y objetos religiosos”, asegura la restauradora. “La mayoría de las obras son imágenes devocionales de nuestras parroquias que, de otra manera, no hubieran podido ser restauradas o hubieran corrido el riesgo de caer en manos inexpertas con los consiguientes resultados negativos”, asegura.

Además, el Taller colabora en el seguimiento de aquellas intervenciones de restauración que se llevan a cabo en la Diócesis y sirve como órgano de consulta ante cualquier duda que, en materia de patrimonio, pueda surgir.

 

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Historia del Taller diocesano

El 13 de junio de 2002 el Obispo de Osma-Soria, Mons. Francisco Pérez González, bendijo e inauguró el Depósito y Taller diocesano de restauración; desde entonces, son muchas las obras que han pasado por sus instalaciones.

En aquel momento, la Diócesis de Osma-Soria y el grupo de desarrollo local “Tierras sorianas del Cid” financiaron su construcción en un terreno perteneciente al Seminario diocesano, dando forma así a un proyecto que había nacido exclusivamente con la idea de guardar y proteger el patrimonio de los pueblos de la Diócesis que, ya en ese momento, sufrían la lacra de la despoblación y que, además, se vio completado con un servicio más que ofrecer: la restauración.

El Taller diocesano de restauración ha intervenido ya en más de 150 piezas; también ha participado en la restauración de imágenes para algunas exposiciones locales: “Cantorales. Una vida alrededor” (2003), “Llena de gracia. Iconografía de la Inmaculada en la Diócesis de Osma-Soria” (2005) y “Memoria y huella de Fray Joaquín de Eleta” (2007).

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