La pingada del Mayo da paso a un mes lleno de tradiciones en Quintanilla de Tres Barrios

Mayo se presenta como uno de los meses más fecundos en costumbres y tradiciones vinculadas al medio rural. Es el caso de la población de Quintanilla de Tres Barrios, que dispone de un buen ramillete de ellas para dar ambiente y colorido al calendario festivo durante este periodo de tiempo. El pistoletazo de salida comienza el día 30 de abril, a partir de las siete de la tarde, con la pingada del Mayo, una costumbre muy vinculada que estuvo olvidada durante más de tres décadas y que fue rescatada hace cuatro años. Ambiente festivo y animación posterior con parrillada incluida para todos aquellos que deseen seguir las evoluciones del evento.

El día tres de mayo se conmemora la Cruz de Mayo y la bendición de los campos, costumbre en la que la gente del pueblo se desplaza en procesión portando las pertinentes insignias e imágenes para la ocasión hasta uno de los aledaños, la Cruz del Salegar, donde el sacerdote, incienso e hisopo en mano, procede a bendecir cada uno de los puntos cardinales del término del pueblo para pedir una fecunda cosecha.  

El sábado día 12 tendrá lugar la romería a la Atalaya, tradición de gran arraigo y consideración  en el calendario popular, antaño ligada a la segunda fiesta del pueblo en torno al día de la Ascensión. Mezcla en la que se conjuga lo seglar y lo  laico con un trasfondo histórico y personalista, pues en parte de esta costumbre sólo pueden asistir los varones: la procesión desde la Ermita de Nuestra Señora de la Fuente hasta la Atalaya, punto en el que tiene lugar un almuerzo. El programa es amplio y variado haciéndose extensivo a todo el día, ambientado con procesión, juegos y merienda. Evento en el que puede tomar parte todo aquel que se digne acercarse al pueblo, actos que comenzarán a las nueve de la mañana.

El último de los eventos programados es el día quince, San Isidro, que sigue teniendo bastante relieve entre la gente del pueblo, aunque la dedicación al campo haya mermado sustancialmente. No así su santo patrón que sigue gozando de la consideración de sus gentes y es recordado en procesión, con cánticos y lanzamiento o “sembrada” de caramelos para los que acompañen al séquito. Dependiendo de la predisposición o las circunstancias puede que la celebración sufra alguna variación. Tanto la bendición de campos como San Isidro, a veces celebrada conjuntamente, tiene lugar a partir de las seis de la tarde.

Texto: Leopoldo Torre