La Junta adjudica las obras para estabilizar un talud en El Burgo de Osma

La Consejería de Fomento y Medio Ambiente ha adjudicado, mediante declaración de emergencia, las obras de estabilización de un talud de desmonte en la carretera SO-160a, ahora senda peatonal, en el término municipal de El Burgo de Osma, por un importe de 164.925,71 euros, a la empresa Geotecnia y Cimientos, S.A.

La zona objeto de intervención forma parte de un talud de gran longitud que discurre por la margen izquierda del río Ucero, a lo largo del cual se encajó el trazado original de la carretera SO-160. En 1994 este tramo fue convertido en pista ciclista y peatonal, con motivo de la finalización de las obras y puesta en servicio de un nuevo trazado de esta carretera, que pasó a la margen derecha del río, entre el casco urbano de El Burgo de Osma y el puente de Portuguí.

Los desprendimientos en la zona se iniciaron el pasado 8 de enero, fecha en la que la Junta de Castilla y León –que sigue siendo titular de esta vía- señalizó y cortó el acceso a este tramo, utilizado habitualmente como senda de recreo, para garantizar la seguridad de los viandantes. Además, en el mes de febrero adjudicó la realización de un informe geotécnico sobre el sostenimiento de estos taludes y las soluciones a adoptar para su mejora y refuerzo a la empresa Icyfsa Ingeniería, S.L., por un importe de 6.582,40 euros.

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La zona de estudio se ha centrado en el tramo caído recientemente, que presenta una altura total aproximada de entre 10 y 15 metros aumentando de sur a norte, quedando la zona de la caída dividida en dos: desde el pie hasta el límite de la zona caída (cornisa) presenta una altura de entre cinco y ocho metros y en el resto del talud la altura ronda los 10 metros. La longitud aproximada del espacio estudiado es de aproximadamente 50 metros, si bien la zona de la caída propiamente dicha se prolonga durante unos 25 metros.

Las obras, que podrán afectar a una superficie aproximada de 300 metros de pared rocosa, van a consistir básicamente, a la vista de las conclusiones emitidas en el citado estudio, en: limpieza de material caído al pie del talud; saneo manual de la superficie del talud para eliminar bloques inestables; recalce de la cornisa en desplome mediante la construcción de un muro de escollera y un relleno de hormigón; y confinamiento de toda la superficie del talud mediante bulonado y colocación de malla de refuerzo flexible combinada con malla de triple torsión.

Durante los años 1991 y 1992 la Junta ya ejecutó obras de estabilización de taludes en esta zona, debido a los desprendimientos producidos y para garantizar la seguridad, con una inversión de más de 548.000 euros. En aquella ocasión se eliminaron bloques inestables, se colocaron bulones de anclaje en malla y se instaló una malla para impedir la caída de material de pequeño tamaño sobre la vía. Desde entonces, y hasta este momento, no se había tenido conocimiento de roturas o desprendimientos de bloques del talud.

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