Rubén Alonso: Elegancia, flexibilidad y plasticidad en cada movimiento

Fotografía: Concha Ortega

HISTORIAS DEPORTIVAS Una figura se mueve por el polideportivo con ligereza y elegancia, realizando con naturalidad ejercicios imposibles de flexibilidad. Son movimientos medidos y precisos, de una plasticidad y belleza abrumadora, después, la cabeza, las piernas y el resto del cuerpo vuelven a su estado original, hasta que la gimnasia rítmica de Rubén Alonso San Miguel (Benavente (Zamora), 26-06-1998) vuelve a comenzar, en una nueva sesión de trabajo con la que perseguir la ansiada perfección.

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Parece imposible lograr una progresión y un rendimiento tan elevado con tan solo cuatro años de práctica deportiva, y es que Rubén, a pesar de llegar un poco tarde a iniciarse en la gimnasia rítmica, con 16 años, ciertamente tenía mucho ganado tras haber probado un sinfín de deportes con anterioridad. El inicio, eso sí, no fue muy original, como cualquier chaval hizo sus pinitos en el fútbol, pero se dio cuenta pronto de que no era su disciplina preferida y apenas duró un par de años. Después, llegó el turno de la natación, donde comenzó con una tanda de cuatro años, paró, y regresó de nuevo a la piscina, hasta llegar incluso a competir incluso en alguna prueba nacional.

A pesar de su idilio con el agua, lo cierto es que el medio acuático se le quedó pequeño, y empezó a patinar en actividades extraescolares. Después llegaría el turno de la escalada, donde le propusieron competir, aunque el preferiría dejarlo en una simple afición. De hecho, pasó a formar parte de un grupo de 'scout' en Benavente, donde tuvo la oportunidad de realizar muchas actividades más, como alpinismo, trekking, barranquismo, orientación, tiro con arco, rugby, ultimate frisbee... En definitiva, la actividad física como parte de su ADN, puesto que incluyo creó un espectáculo circense con acrobacias aéreas, en suelo, malabares y teatro...

Sin embargo, durante los entrenamientos de escalada en Benavente, veía como en el piso de abajo entrenaban a gimnasia rítmica y el trataba de emular algún ejercicio sin llegar a poder tocarse los pies. Un día, sus amigos le dijeron que bajara a probar, pero le dio vergüenza. Así que sus amigos tuvieron que preparar el terreno, hablaron con las entrenadoras sobre Rubén y ellas no dudaron en invitarle a entrenar.

Las preparadoras se dieron cuenta rápido de las habilidades de Rubén, aunque él se sentía "como un palo". Ya en casa, le preguntó a su madre por la posibilidad de hacer gimnasia, pero sus padres le sugirieron que no continuara por lo que fuera a pensar la gente. Pero Rubén ya le había atrapado la gimnasia, y le daba igual lo que dijeran los demás, viendo el argumento endeble, así que estuvo yendo a escondidas durante cinco meses, escalando una hora y haciendo gimnasia durante otras dos.

Cinco meses después, Alonso ya no ocultaba que él era y es gimnasta, lo que no evitó que fuera un periodo "tenso", ya que se convertía en el primer niño de Castilla y León en hacer gimnasia rítmica, y además en hacerlo en un pueblo. En esta ocasión, los prejuicios se toparon con la persona equivocada, pues Rubén iba a ganar la partida, aunque lamentablemente, reconoce que otros chicos no tuvieron la misma fuerza o el suficiente carácter y se vieron obligados a abandonar.

Volcado ya con el hallazgo de su deporte, a los nueve meses Alonso ya representaba a Castilla y León en un Campeonato Nacional, ahora, lleva cinco. Claro que no iba a ser tan sencillo, porque en su propio deporte también iba a encontrar recelos, malas miradas y comentarios en contra de su figura masculina, tanto de mujeres, como de hombres. En los propios campeonatos encontraba comentarios negativos y también positivos, de hecho, recuerda con cariño que hay quien le ha terminado pidiendo algún autógrafo.

A finales de 2017 llegaba un nuevo desafío para su historia deportiva, ya que su traslado a Soria para estudiar fisioterapia ponía en jaque la posibilidad de continuar entrenando, algo que había podido hacer en León, donde había empezado a estudiar enfermería. Por suerte, aunque no conocía ningún club en Soria, pronto le dieron el contacto de las entrenadoras del Club Gimnasia Soria, quienes no dudaron en hacer todos los cambios necesarios para que Rubén pudiera continuar entrenando con los grupos de aeróbica o de rítmica, donde fuese. Afortunadamente, Soria no será el final de esta historia, solo una parada más, aunque este gimnasta dice ser "mayor" con tan solo 20 años, y a pesar de que ahora solo cuenta con dos horas a la semana de tapiz, una escasez de tiempo de instalaciones con la que lidia este deporte en la ciudad. 

En cuanto al futuro, a Rubén le gustaría pelear por un podio en un Campeonato de España y sobre todo, por abrir las puertas de par en par a esta disciplina para que pueda practicarla cualquier persona. Está en ello, ha sido subcampeón de Galicia, campeón de Castilla y León, donde no tenía competencia, ganador de varios torneos y su progresión en nacionales sigue en aumento, siendo undécimo, décimo y séptimo en los últimos años. Le haría mucha ilusión participar en un Campeonato de Europa, un Mundial o en alguna cita internacional ya que hasta ahora no hay citas internacionales masculinas de esta modalidad. No obstante, aunque España es una potencia en rítmica masculina, Rubén lamenta que los estamentos federativos, muchos de ellos compuestos por hombres, no acaban de tratar con igualdad a las dos categorías.

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