Reunir las bufandas y las linternas y regresar al alto llano numantino

Aficionados sorianos antes del partido del Bernabéu

El Club Deportivo Numancia no jugaba en el Santiago Bernabéu, en el gran santuario blanco del Paseo de la Castellana, desde el 14 de septiembre de 2008, aquel recordado 4-3 en el que el equipo merengue terminó encerrado en su área deseando que Paradas Romero decretara el final. Era la segunda jornada de aquella Liga que ganó el Barcelona seguido precisamente por el Real Madrid, y en la que descendieron a Segunda el Betis (42), el Numancia (35) y el Recreativo de Huelva (33).

Desde entonces, por tanto, el Numancia no ha regresado a Primera división aunque, por suerte, tampoco ha abandonado en todo este tiempo la Segunda, de la que es el actual decano.

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Nueve años y cuatro meses es un periodo lo suficientemente largo como para que la ciudad de Soria haya celebrado a lo grande este emparejamiento en la Copa del Rey con el club más laureado de Europa, un club que, además, cuenta con un importante número de simpatizantes sorianos. Entre ellos, los hay de los tres tipos, los que preferían que pasara el Numancia, los que preferían que pasara el Real Madrid y los que no tenían muy claro por quién decidirse o se decidían por uno u otro según quiénes fueran sus interlocutores.

Nueve años y cuatro meses es un tiempo amplio en este mundo del fútbol. Del Real Madrid de entonces, entrenado por Schuster, solo quedan Marcelo y Sergio Ramos, si bien este último no jugó aquel día porque vino lesionado tras jugar dos partidos con la selección. Del Numancia, cuyo entrenador era Sergio Kresic, los únicos jugadores que quedan son César Palacios y Javier del Pino... pero ya no vestidos de corto. El navarro es director deportivo y el madrileño, responsable de marketing.

Nueve años y cuatro meses hacen comprensible que el estadio de Los Pajaritos registrara la semana pasada el primer lleno desde la primavera de 2008, en aquel partido matutino contra el Alavés que certificó el último ascenso a Primera. Ese año entre los mejores del fútbol español, 2008-2009, el Numancia no pudo llenar nunca su campo, algo que el poder de la Copa y el del paso del tiempo consiguieron hace apenas seis días.

Y hoy, en el Santiago Bernabéu y en sus alrededores, se han vuelto a notar esas ganas de los aficionados numantinos de que su equipo haga algo grande para volver a acompañarle.

Como sucede cada vez que el Numancia juega en Madrid, no es fácil adivinar cuántos sorianos se han congregado hoy en el estadio madridista. De Soria han salido casi 2.000. Los han aglutinado el Frente Rojillo, el Orgullo Numantino y la Peña Madridista Soriana, a los que se suman todos aquellos que compraron la entrada en la agencia oficial Ecocolor o, incluso, por su cuenta, en otras zonas del campo diferentes a la reservada para la afición visitante.

A todo ese gran número de sorianos que han realizado los 450 kilómetros de ida y vuelta hay que añadir aquellos que han podido ir desde su domicilio en autobús, Metro o a pie. Desde tres horas antes del comienzo del partido, en los bares de las cuatro calles que rodean al Bernabéu ya era posible ver numerosas bufandas rojillas, que se han multiplicado por mil cuando ha llegado el grueso de la expedición de Soria alrededor de las siete de la tarde, dos horas y media antes del pitido inicial.

Ha dado tiempo, por tanto, a disfrutar del ambiente previo, a quedar con los hermanos, los primos o los amigos que viven en la capital. Ha dado tiempo a entrar tranquilamente al campo, algo que hoy no ha sido especialmente problemático porque únicamente lo han hecho 37.553 personas. Es fácil imaginar el rugido vertical del Bernabéu cuando está lleno en un partido grande.

En los 90 minutos de partido, algo que no pudieron hacer en Soria, los aficionados numantinos han cantado un par de goles de su equipo, el del empate a uno cerca del final del primer tiempo, de Guillermo tras gran jugada de Larrea, Nieto y Mateu, y el del empate a dos del mismo jugador tras espectacular pase del debutante Saúl García. También han podido hacer, en el minuto 8, lo mismo que la semana pasada en Los Pajaritsos: encender las linternas de sus móviles mientras proclamaban "¡Soria Ya!".

Tanto en los goles de Guillermo como en el minuto 8 se han visto diseminadas por todo el Bernabéu centenares de bufandas rojillas y centenares de linternas de móvil, no solo en el espacio de la afición visitante.

Eso es por lo que Soria pretende luchar en los tiempos venideros, por que todas esas bufandas y linternas se reúnan en el quinto anfiteatro y, cuando finalice el partido, regresen en autobuses al alto llano numantino.