Álex Calvo: El arte de impartir justicia

Álex Calvo. Foto: Concha Ortega.

HISTORIAS DEPORTIVAS Los caminos del deporte han llevado a Alejandro Calvo Aceña (Alicante, 12-09-1985) por uno de los menos transitados y reconocidos, pero sin duda, uno de los más importantes e imprescindibles, el del arbitraje. Nacido en Alicante de forma circunstancial pero "soriano por los cuatro costados", la historia deportiva de Álex, marcada por su actual implicación como oficial de baloncesto, se presenta tan extraña como apasionante.

Es extraña, porque no deja de ser un hecho puntual, aislado, extraordinario, que haya un soriano arbitrando en competiciones de Grupo 2 nacional.  Y es apasionante porque su buen hacer es tan incontestable que ha sido calificado como mejor colegiado de la temporada 2016-2017 en Castilla y León por parte de la Federación Territorial de este deporte, con una clara dinámica ascendente.

El baloncesto ocupa su corazón deportivo en estos momentos, pero lo cierto es que Álex disfruta del deporte con un amplio abanico de disciplinas. De hecho, de niño probó con el judo, donde tuvo una trayectoria para destacar, quedándose en cinturón marrón, a tan solo un paso del prestigioso cinturón negro. También practicó hockey sobre patines y cómo no, el fútbol, donde pronto se dio cuenta de que no era un jugador destacado. Pádel, atletismo... pero quizá la mayor continuidad siempre la haya tenido en el baloncesto. Su primer contacto con el deporte de la canasta sería en categoría benjamín, con el San José, después jugaría en Primera división nacional con el Calasanz y el Numancia, mientras que ahora continúa disfrutando en la Liga Municipal de Soria.

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El ser un jugador modesto de baloncesto le ayuda de forma notable a desempeñar de la mejor forma posible su actual papel principal, el de árbitro. No solo para estar en un buen estado de forma, sino porque dentro de su formación actual, recibe clases de táctica de básquet. De hecho, uno de los aspectos que Álex entiende que debe realizar un oficial es el "anticiparse" y prever qué va a ocurrir en la siguiente jugada. Por tanto, los conocimientos de jugador los puede aplicar en el arbitraje no solo en lo táctico, sino también "en lo emocional", señala.

Calvo cree que el jugador de baloncesto es más noble en comparación con el fútbol, porque se intenta engañar menos y los engaños están más castigados, su fórmula es "ser firme pero humilde a la vez" y reconoce que en muchos casos la relación es buena porque en general los jugadores son respetuosos, más en cuanto se va ascendiendo de categoría. No obstante, Álex también recuerda algún sinsabor en Soria, donde lamenta que haya quien le ha retirado el saludo al no saber distinguir el papel del árbitro en la cancha con el ámbito personal fuera de ella.

No es un deporte fácil de arbitrar porque los contactos hay que verlos de cerca, motivo por el cual hay dos colegiados, el árbitro de cola y el árbitro de cabeza, que se dividen el campo en rectángulo, por lo que cada árbitro ve lo que sucede en una parte del campo en la que nunca coinciden. "No pitamos todo lo que vemos, solo lo que crea una desventaja en el jugador que recibe la infracción", aclara.

Se podría decir que su predilección por el arbitraje viene heredada de su padre, al que Alejandro veía arbitrar desde niño. Con cerca de 14 años empezó a dirigir partidos escolares, actividad que solo paró durante sus estudios de Publicidad y Relaciones Públicas en Segovia. En cuanto terminó la carrera, recuperó el arbitraje y fue cuando llamó la atención del Comité regional de árbitros, que le ascendió a Primera división nacional. A partir de ahí no ha dejado de ascender, ya está vinculado al Grupo 2, que le permite pitar partidos de Liga EBA y Liga Femenina 2. Ahora su objetivo es dejar de ser un colegiado vinculado para pertenecer definitivamente al Grupo 2.

Su implicación y sacrificio está fuera de toda duda, de hecho es el Delegado de la Federación de baloncesto en Soria y no ha renunciado a ningún fin de semana de arbitraje, a pesar de que la mayoría de sus encuentros son fuera de la provincia, con desplazamientos largos a provincias como León o Salamanca en muchas ocasiones. De cara al futuro solo quiere "llegar hasta donde pueda llegar" en el arbitraje e intentar que haya más sorianos que puedan seguir su estela y que lleguen a superarle, pero también le gustaría que haya equipos absolutos estables de básquet tanto en chicos como en chicas en la provincia.

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