Libros para un día de lluvia

Hay días que hasta el clima parece proponer una lectura de tonalidades grises, de esas que nos encogen un poco el alma y que nos traen historias no aptas para almas excesivamente sensibles. Para esos días de bajón emocional o en los que, simplemente, te apetezca algo tan tristón como el tiempo, te sugerimos algunos libros para recomendar especialmente en esas situaciones. Ten a mano los kleenex.

La carretera, Cormac McCarthy

Un relato sombrío y deprimente, tanto que su tristeza se cala en los huesos del lector, a quien le cuesta encontrar calor una vez finalizado. Sin embargo, es una de esas lecturas esenciales que hay que revisar al menos una vez en la vida. Un padre viaja con su hijo a través de un mundo sumamente hostil, arrastrando sus pocas pertenencias a medida que el horror de un mundo post-apocalíptico se cierne sobre ellos. Un relato difícil de digerir pero imposible de olvidar.

Bajo la misma estrella, John Green

Un día lluvioso y una novela en que sus protagonistas son jóvenes y están muy enfermos es una combinación explosiva. O tal vez la mejor para emocionarse; a través de su protagonista, Hazel, vamos descubriendo lo difícil que es superar cada jornada cuando no sabes si estarás vivo al día siguiente. Sin embargo, el efecto de una lectura, de una amistad inesperada y, más tarde, del amor, obrará maravillas en su vida.

La náusea, Jean-Paul Sartre

Si además de gris tienes el día existencialista, esta novela será la guinda. Filosofía en estado puro con un protagonista llamado Antoine Roquentin, que empieza a sentirse embargado por una extraña sensación que denomina “la náusea” y que le asalta en los momentos menos pensados, haciendo que se replantee el sentido de la vida en general a través de diversas revelaciones.

La ladrona de libros, Markus Zusak

Aunque se podría decir que la protagonista de esta historia es una niña, en realidad comparte foco con otro personaje, ése que aparece cuando menos te lo esperas y que, por regla general, no es bien recibido. Un contexto de guerra y un exilio que Liesel supera gracias al amor por los libros y hallando afecto en quienes la rodean, aunque la vida le tenga reservadas unas cuantas sorpresas inesperadas.

La llave de Sarah, Tatiana de Rosnay

Un relato muy duro, basado en el contexto del holocausto judío. Sarah es una niña que resulta capturada durante la famosa redada de París, junto a su familia. Sin embargo, durante el tiempo que está cautiva en el campo de concentración, guarda un secreto que la impulsa a tratar de escapar. La historia se mezcla con el presente, cuando una periodista investiga el pasado de la familia de Sarah y se topa con una historia que hubiera preferido no conocer.

Desde mi cielo, Alice Sebold

Otro relato difícil de digerir. Susie es una adolescente de catorce años que, un día, es asesinada por su vecino. Incapaz de encontrar la paz, se verá varada en una especie de limbo desde el cual puede seguir viendo a su familia, al chico que amaba y cómo, en definitiva, la vida a la que ella ya no puede acceder va transcurriendo.

Nunca me abandones, Kazuo Ishiguro

Un libro del que no se puede explicar demasiado para no desvelar algunos de sus secretos, pero cuya historia y personajes dejan una huella indeleble en la memoria. Ishiguro, el autor, tiene una sensibilidad especial a la hora de plasmar los sentimientos de los personajes mediante la prosa, incluso esos que no quieren ser expresados por sus protagonistas.

Tokio Blues, Haruki Murakami

Y para acabar, un libro prácticamente imprescindible de la literatura contemporánea gracias al impacto que generó en todos los que lo leyeron, sobre todo entre los jóvenes. Una historia agridulce en la que Toru Watanabe rememora sus años de juventud y los amores que coparon sus sentimientos más profundos.

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