Manu Revilla: Una excursión del CES a Formigal cambió su afición por el esquí a su modo de vida

Manuel Revilla

HISTORIAS DEPORTIVAS. Manuel Revilla Martínez (11-04-1986) lleva la afición por el esquí en la sangre. Con tres años, se quedaba en las guarderías de las estaciones mientras sus padres esquiaban. En cuanto se loe permitieron, con cuatro años, ya se subió a los esquís. Con ocho años fue a Formigal con un viaje del Centro Excursionista Soriano. Allí le 'ficharon' y su afición comenzó a pasar a ser su modo de vida. En el Club Formigal dio sus primeros pasos, hasta los 12 años, cuando entró al Centro de Tecnificación y estuvo formándose seis años como entrenador y profesor. Se sacó dos carreras y los títulos de entrenador, y comenzó a dedicarse a ello, primero cuatro años como profesor en el Club de Formigal y otros tantos en el Centro de Tecnificación. Un sueño hecho realidad. Sin embargo la crisis se 'comió' este Centro de Alto Rendimiento y Manu, junto a otros profesionales, montaron su propio centro, Integral Ski, donde se encuentra ahora. Hay días que está hasta diez horas sobre los esquís. Esta es su historia.

Manu comenzó a aficionarse por este deporte cuando, muy pequeño, viajaba con sus padres y amigos a varias estaciones de esquí, donde dieron sus primeras clases. "Gracias a que en Soria existe un club con bastante socios", el Centro Excursionista Soriano, "empezamos a esquiar cuando la afición empezó a crecer" explica el soriano, que comenzó entonces a conocer las primeras estaciones de España e incluso en los Alpes.

Fue en una de esas excursiones con el CES Cuando llegó hasta Formigal, allí los del club le plantearon a sus padres si podría apuntarse con ellos y fue cuando "giró todo". La afición pasó a convertirse en dedicación. Manu tenía diez años. Sus padres compraron un pequeño apartamento en Formigal y allí comenzó a dedicarse a ello.

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Una vez en Formigal, con 12 años, hizo las pruebas del Centro de Tecnificacion de Aragón (similar al CAEP en Soria),  Manu accedió a ellas y fue en 2º de la ESO cuando tuvo que dejar Soria para dedicarse 100% al esquí. Se fue a vivir a Jaca, donde reside ahora, allí entrenaba todos los días y a la vez estudiaba, hasta que terminó el bachillerato, seis años después. A partir de ahí, este deportista soriano se fue formando como profesor y como entrenador.

"En el Centro el objetivo es que los deportistas pasen a equipo nacional, yo me quede a las puertas", reconoce Manu, que decidió seguir en este mundo porque es su pasión. Acabó su carrera de Inef y de Magisterio y también los tres niveles de profesor que existen, con los que ya podía empezar a trabajar de ello.

Sus primeros pasos como entrenador fueron en el Club Formigal (donde empezó a competir), allí estuvo entre cuatro y cinco años "trabajando con chicos de 8-12 años". De ahí pasó a ser entrenador para el Centro de Tecnificación de Jaca, "un sueño hecho realidad". Allí estuvo como formador otros cuatro hasta que hubo un parón de subvenciones y el Centro no siguió adelante. Manu tenía claro que quería seguir su carrera profesional en esa misma línea, y de ahí nació la empresa privada Integral Ski, con sede en Jaca y con las mismas características que el Centro de Tecnificación, "un referente a nivel competición en toda España" como explica el soriano.

Esta empresa nació para aquellos deportistas de diferentes clubes que quieren dar un paso al alto rendimiento y, por diferentes motivos, no pueden hacerlos con sus sedes. Son cuatro profesores en Integral Ski, trabajan prácticamente las 24 horas del día y cuentan con 25 chicos en programas anuales con muy buenos resultados y que compaginan los estudios con los entrenamientos.

Como alto rendimiento, buscan continuamente la nieve, es por ello que en esta profesión se viaja mucho dependiendo de la estación. En invierno la sede está en Jaca, en verano tienen que desplazarse a los glaciales en Francia, en otoño a la zona de los Alpes, Austria...y en los periodos que no se puede esquiar, trabajan mucho el físico "para aguantar el ritmo de todo el año".

Manu reconoce que tiene tanta afición por el esquí que hasta le "sorprende" cuando recibe la nómina a final de mes, "no lo considero ni un trabajo", reconoce y espera seguir dedicándose a ello toda la vida. Dentro de lo más negativo de esta profesión está el pasar tanto tiempo fuera de casa y las lesiones de los deportistas. Algo que contrasta con la emoción vivida con cada medalla conseguida por los alumnos en los campeonatos de España, algo "muy diferente vivirlo como deportista que como entrenador".

Entrevista: Teresa Arroyo

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