César Gonzalo: La ilusión de los primeros 35 años en el deporte

Foto: Concha Ortega

HISTORIAS DEPORTIVAS Por su carácter extrovertido y afable, así como por su larga trayectoria deportiva, César Gonzalo Cabrerizo (Soria, 30-06-1971) ha ido forjando muchas amistades por el camino. La mayoría de ellas, en el voleibol, deporte al que todavía sigue asociado como jugador y presidente del Sporting CV Soria, aunque Gonzalo esconde muchas más facetas. Probablemente sea uno de los deportistas federados en activo más veteranos de nuestra provincia y su ejemplo debería ser un referente, pues en cuestión de ilusión y compañerismo, merece un lugar de honor en el paseo de la fama del deporte soriano. Lleva cerca de 35 años federado en distintas disciplinas y por sus ganas se podría decir que todavía está empezando.

Vinculado durante muchos años al voleibol, en una pasión que heredó de su padre, delegado provincial de este deporte, y en la que todavía está inmerso, curiosamente los primeros pasos de la historia deportiva de César Gonzalo fueron en otras disciplinas como el fútbol, el baloncesto, el balonmano, el atletismo e incluso años después, el rugby.

Como todo niño, César empezó a tener su primera experiencia deportiva en la calle, con los chicos del barrio, jugando al fútbol. Después entraría en el Soria Club de Fútbol. "Nos criamos en la calle, en la zona de la cárcel, cerca de las Heras de Santa Bárbara. Por entonces no estaba asfaltada la calle porque no había nada y jugábamos al fútbol con balones de voleibol que tenía mi padre en casa. Él me llevaba a sus entrenamientos y me empezó a picar el gusto por el voley", explica.

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César reconoce que le gusta correr. En el atletismo fue campeón de altura cadete en Soria, subió al podio en el Campo a través internacional de Valonsadero y ganó el cross de Abejar... Pruebas que asegura "ahora no hay quien gane" por el nivel que ha adquirido el atletismo popular en la provincia. También le gustaba el baloncesto ya que "entonces tocábamos todos los palos". En este caso perteneció al Club Baloncesto Soria. "Me gustaba mucho el baloncesto, pero lo dejé por el voleibol. José Miguel Serrato era muy amigo de mis padres y empecé a ir a entrenar al San José". Por entonces tenía 13 años.

Su padre, delegado provincial de voleibol, le transmitió su pasión por esta disciplina, algo que acabó arraigando en un joven espigado que tuvo que aprender a rematar hacia el suelo pasando horas con Urbano García pegando pelotazos contra una pared. Fue un "infiltrado" en el San José donde como otros tantos jóvenes sorianos dio sus primeros pasos en este deporte, aunque él estudiaba en el CP Numancia. Gonzalo asegura no haber destacado nunca en el voleibol, pero lo cierto es que un año después de su llegada al cuadro colegial empezó a entrar en la selección de Castilla y León con jugadores cuyos nombres recita de memoria. "Nunca he sido titular, pero en segundo año de cadete, cuando yo entré, nos quedamos tres veces subcampeones de España porque teníamos muy buen equipo. Lo fuimos federados, escolares y por comunidades autónomas", recuerda. En San Saturio llegó a debutar con el equipo de Primera división en el antiguo San Andrés.

Siguió en el San José de juvenil hasta que surgió el Sporting CV. "Lo fundó mi padre porque cuando el San José subió a División de honor, los juveniles no teníamos hueco y comenzó el club para que tuviéramos minutos". Sin embargo, poco después César se marchó a Valladolid a completar sus estudios universitarios en arqueología en 1993. "Fue mi mejor época, allí jugué en el CDU. Pero estas cosas de la vida que a mí me gustan todos los deportes y me puse a jugar con mi cuerpecillo al rugby. En el primer partido me rompieron el codo y estuve todo un año sin jugar".

Cuando terminó la carrera, hizo el CAP y el servicio militar obligatorio, retornó a Soria a trabajar. "Seguí jugando con el Sporting. Jugamos fase de ascenso y luego hubo un parón. Hasta que llegó más gente que no tenía hueco en el San José y nosotros les abrimos las puertas". No sería el único paréntesis, posteriormente se produjo otro de dos campañas, pero el equipo siempre ha seguido para delante. "He hecho muchas cosas pero esto es lo que realmente me gusta", aclara. Quizá por ello desde el último paréntesis ha sido el presidente del club tras tomar el relevo de su padre hará ya cerca de quince años.

Son muchas las generaciones de jugadores de voleibol sorianos que han compartido vestuario con César Gonzalo, y muchas todavía las que quedan por tener dicha fortuna. "El otro día jugamos contra un rival de 52 años. Pero yo tengo claro mi papel, ahora no puedo competir porque hay gente muy buena en nuestro equipo. Lo que hago es pasármelo bien. En el invierno no hago otra cosa. Me gusta ir en bici, correr, pero en invierno me da pereza y un deporte de sala como este es perfecto", así pues, esta historia, continuará...

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