Millán Maroto: Una maleta de cartón, Barcelona, Francia y un sueño hecho realidad en su tierra

Maroto recibe la placa de la consejera de Cultura y Turismo, María Josefa García Cirac. Foto: Concha Ortega

El cocinero soriano Millán Maroto ha recibido esta mañana el reconocimiento del Congreso Soria Gastronómica por su gran trayectoria como micólogo y, especialmente, como pionero en este campo. Como motivo de este merecido homenaje del mundo gastronómico de Castilla y León, su hija Sonia, periodista, ha escrito la siguiente semblanza:

"Criado entre  los pinares sorianos y el fogón de la casa de comidas de sus padres, Millán Maroto, mi padre, respiró desde la infancia los aromas del bosque.

Sus primeros pasos los dio entre pinos de la mano de su padre, resinero. Las noches al raso y el duro oficio de la resina le acompañaron en su niñez, al igual que el calor de los pucheros de su madre.

Una maleta de cartón fue su único equipaje al dejar su pueblo, Cabrejas del Pinar, y buscar un futuro y un destino con tan solo 16 años. En Barcelona le esperaban muchas horas de aprendiz de un oficio que se convirtió en pasión.

Tres Molinos fue el comienzo de un duro aprendizaje, de horas y horas entre fogones, pero también una puerta abierta a la gastronomía de vanguardia, europea, en las cocinas de Cataluña y también de Francia, donde puso los pilares de su sello gastronómico.

Barcelona fue también el lugar donde conoció a su compañera, mi madre, Nieves, la que siempre le ha acompañado en todas sus aventuras profesionales, compartiendo riesgos, muchas veces sinsabores, y apoyándole sin descanso.

La Pérgola, el restaurante Lucerna o el Colegio de Médicos de Barcelona, donde ejerció de jefe de cocina, fueron algunos de sus destinos profesionales en sus primeros años de carrera, despuntando ya en la cocina catalana.

Millán, mi padre, siempre añoró su tierra y sufrió la distancia, de ahí que no dudara en abandonar un futuro próspero en Barcelona para emprender una aventura y un proyecto lleno de ilusión en su casa, su Soria.

Cadosa supuso un antes y un después en su carrera profesional. La micología estuvo desde el comienzo presente en sus creaciones, con aromas de los bosques sorianos asomando a una gastronomía tradicional que por entonces ignoraba las setas y los hongos.

El restaurante Maroto fue sin duda un sueño hecho realidad, un proyecto pensado y sobre todo soñado que nació con una ilusión desmedida de ofrecer a los sorianos y a quien quisiera acercarse a “su casa” una cocina diferente, una gastronomía que nacía de los platos tradicionales pero con tintes vanguardistas, con una estética diferente, con una presentación impecable y con la mejor materia prima como base indispensable.

Millán Maroto vivía entre fogones pero también del calor de cuantos se acercaban a la sala de su restaurante. Con ellos conversaba durante horas al término del servicio de cada día, con ellos compartía confidencias, disfrutaba, recitaba poemas y hasta entonaba canciones inolvidables al son de su guitarra.

Millán Maroto es gastronomía, es poesía, es sentimiento, es micología y hoy la Junta le ha reconocido su trabajo por ser un precursor y abrir camino a una cocina innovadora, diferente, que ha situado a Soria con el paso de los años en primera línea.

Un homenaje merecido a mi padre, un pionero, sin lugar a dudas, un hombre apasionado en todo aquello que ha emprendido en su vida, un hombre leal y honesto que además ha sabido compartir sus conocimientos con todo aquel que ha querido aprender. Hoy además, un abuelo feliz, que disfruta enseñando los secretos del oficio a sus nietos y que sigue transmitiendo pasión por cada plato que crea.

GRACIAS, en su nombre, en el mío y en el de toda nuestra familia".

Sonia Maroto. Periodista e hija de Millán

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