Juan Carlos Cámara: 23 septiembres seguidos corriendo entre Soria y Valonsadero

Foto: Concha Ortega

HISTORIAS DEPORTIVAS El sábado se celebró la vigésima tercera edición de la Carrera Popular Soria-Valonsadero. En el puesto 395, con un tiempo de 1h02:40, entró en meta Juan Carlos Cámara Rioja (5 de marzo de 1963). Una lesión en un gemelo le ha tenido parado en los últimos meses, pero no quiso perderse una cita a la que no ha faltado ni una sola vez desde que empezó a celebrarse. Junto a Enrique Ontoria, son las dos únicas personas que han participado en todas las ediciones de esta prueba que organiza el Puente del Canto.

Los inicios deportivos de Cámara no tuvieron nada que ver con la carrera continua. Hasta los 14 años, hasta que sus padres bajaron a Soria para continuar en la capital el negocio que tenían en Covaleda (Bar Queru), sus horas y las de todos sus amigos se pasaban en el juego de pelota de esta localidad pinariega. También jugaban al fútbol, pero lo que de verdad le gustaba era la pelota mano, una afición que mantiene intacta aunque ya solo como espectador.

De aquellos años jóvenes en Covaleda, recuerda especialmente las lecciones de don Valentín, el maestro de educación física que compartió con todos los chavales de su generación. En el pueblo, además de fútbol y pelota, también destacaba jugando al ajedrez.

Sin embargo, cuando bajó a vivir a Soria, encontró que en los frontones nadie jugaba a pelota. Tuvo que abandonarla, y tampoco encontró entonces personas con las que medirse en los tableros. Comenzó entonces una nueva afición, el frontenis, que también conserva hasta la fecha. Un par de veces a la semana desenfunda su raqueta en el San Andrés junto a su grupo de amigos.

Entre semana, cuando más tiempo tiene por cuestiones de trabajo, y cuando no se lo impiden molestias físicas como estas de los últimos meses, Juan Carlos Cámara suele correr unos cuatro días. Su recorrido habitual es de 40 minutos. En verano, entre mayo y octubre, también aprovecha para coger la bicicleta alrededor de tres días semanales. Y a veces, ya sin una periodicidad tan definida y para recordar las cuestas de su pueblo, se sube dando un paseo hasta la sierra de Santa Ana para disfrutar de uno de los privilegios que tenemos en la ciudad de Soria.

El sábado, una vez más, se calzó las zapatillas para correr la Soria-Valonsadero, la única cita en la que participa cada año desde que decidió apuntarse a la edición inaugural de 1994, "supongo que porque me lo dijo un amigo, José Ángel (Martínez Ortega)". También ha participado en tres medias maratones, siempre en Soria. Su hija Aroa, presente en la entrevista, ha heredado la afición por el atletismo de su padre, y practica además gimnasia. Irene, su hermana, es aún demasiado pequeña.

Su trabajo no le pone las cosas fáciles para viajar a otras ciudades u otros pueblos para participar en carreras, como hacen tantos aficionados al atletismo popular. Además, cuando viaja, suele hacerlo para satisfacer su otra gran afición: la música, los conciertos. Algunas de las canciones que escucha luego las comparte con sus clientes en el Queru.

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