Las otras fiestas: El regreso a la vida de la Cayetana

BLOGS "Un día, Alberto descubrió que a Enrique le gustaba el mundo de los SEAT 1.500. “Te regalo entonces uno. Lo tengo en Zamajón, pero debes acudir a desenterrarlo”. Si a Enrique se le iluminaron las ojos con esas palabras, mucho más se le iluminarían cuando escuchó la siguiente frase: “Ah, por cierto, es uno de los tastarros de San Juan… la Cayetana 4″.

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