Iván y Sancho Díez Gil: Monociclistas por la ciudad y por la montaña

Iván y Sancho Díez con sus monociclos. Foto: Santiago Farizano

HISTORIAS DEPORTIVAS Iván y Sancho Díez Gil (30 de enero de 1994 y 6 de octubre de 1997) circulan por la ciudad de Soria con sus monociclos. Fue en verano de 2014 cuando se montaron por primera vez en este vehículo, y desde entonces no se han bajado de él: "Nos hemos comido nevadas, lluvias...". Utilizan los monociclos en su doble vertiente, la de medio de locomoción ("tengo coche y moto, pero en la ciudad llego antes a cualquier sitio con el monociclo") y la deportiva. Ambos son también unos clásicos en todas las carreras populares y de montaña de la provincia, y han practicado tiro con arco y bádminton.

Sorprende la cantidad de cosas que se pueden hacer con el monociclo. En Soria hay más personas que se dedican a esta práctica, en otras modalidades. Una de estas es la de hacer trucos en llano o trial. Igual que sucede con las bicicletas, los vehículos son diferentes. La diferencia fundamental estriba en la relación entre el diámetro de la rueda y la longitud de la biela del pedal. En los monociclos de trucos, la rueda es más pequeña, de 20 pulgadas, y las bielas un poco más grandes, de 145 milímetros.

Pero Iván y Sancho se dedican fundamentalmente a otro tipo de monociclismo: el de montaña. Para subir hacen falta piernas y para bajar, destreza. Con ambas, han subido y han bajado la sierra de Santa Ana y, por ejemplo, la Carcaña desde Santervás, una pronunciada cuesta de aproximadamente seis kilómetros. En breve van a desplazarse hasta la estación de La Pinilla, en Segovia, para probar también sus inclinaciones.

Puede que ahora no haya mucha más gente en Soria que se dedique a ello, así que uno de los objetivos de los hermanos es darle visibilidad y que otras personas empiecen a acompañarlos. Para ayudar, Iván ha conseguido que la organización de la Ruta del Nískalo, que se celebra el domingo 5 de junio en El Burgo de Osma, acepte su participación a lomos de su monociclo. Va a participar en el itinerario corto, el de 50 kilómetros.

¿Es fácil? Según ellos, aprender a montar en monociclo no tiene ninguna dificultad. Cualquier persona que se lo proponga aprenderá en pocos días. Por supuesto, el aumento del nivel de complicación de los recorridos, de las subidas o de las bajadas sí exige horas de entrenamientos. ¿Es cansado? Los monociclos no tienen cambios. En las cuestas arriba, como decían, hay que tener piernas, pero a cambio se avanza mucho más: estos monociclos de montaña tienen 27,5 o 29 pulgadas de diámetro (como la mayoría de las bicicletas de montaña actuales) y apenas 125 milímetros de biela. Ello permite alcanzar buenas velocidades.

Los giros se realizan moviendo la cadera y el freno como tal no existe. Sí hay, debajo de la rueda, un freno que ayuda simplemente a no alejarse del sillín, sobre todo en las bajadas o en el encuentro con posibles baches.

Aunque en El Burgo de Osma es fácil que el de Iván sea el único monociclo, en España ya se ha celebrado una prueba exclusivamente para ellos. Sucedió el pasado domingo 13 de marzo en Beasain (Guipúzcoa), donde hay una gran afición al monociclismo e incluso hay un equipo de hockey.

Ver crónica de esa prueba de Beasain

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