La Junta concluye los trabajos preventivos en Santo Domingo

Foto: Junta

La Consejería de Cultura y Turismo ha finalizado la primera fase de esta actuación de conservación preventiva, que se completará con la realización de un estudio sobre la situación real de esta fachada oeste del inmueble, necesario para acometer una intervención posterior que garantice su conservación.

La Junta de Castilla y León ha concluido la intervención de conservación preventiva y provisional en la portada de la iglesia de Santo Domingo, con una inversión de 27.600 euros. Este trabajo ha sido realizado, durante aproximadamente un mes, por la empresa es In Situ, S.L, que ya intervino en este templo durante este mismo año, con una actuación de mantenimiento en la fachada norte, también financiada por la Consejería de Cultura y Turismo con 58.000 euros.

La actuación, que ahora continúa con los trabajos de investigación y elaboración de un proyecto, ha consistido en la inspección del actual estado de conservación de la fachada, documentando todas las patologías de la misma, y en dotar de una protección temporal a aquellas partes que se encuentran en mal estado.

La antigua iglesia de Santo Tomé, hoy de Santo Domingo, presenta una de las portadas románicas más interesantes de su estilo. Su orientación al oeste, su situación en una ciudad de climatología tan extrema, la presencia de un vial colindante con mucho tráfico, con la contaminación atmosférica que ello implica, y por supuesto el paso del tiempo, hace que se encuentre en una situación de degradación que es necesario frenar, pues todo hace indicar que se está agravando, a la vista de los fragmentos de piedra que se han desprendido en poco más de seis meses.

Como consecuencia de estos desprendimientos, la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, como uno de los máximos órganos de salvaguarda, enriquecimiento y difusión de nuestro patrimonio cultural, encargó el proyecto para la conservación preventiva de la fachada occidental de la iglesia.

El andamio instalado, durante algo menos de tres semanas, ha permitido a los técnicos tener acceso a toda la superficie de la fachada para actuar en ella según lo planificado en esta primera fase: estudio y ubicación de las patologías de toda la superficie (cartografía de lesiones) y colocación de protecciones temporales.

Se han documentado fisuras y grietas, así como los procesos de deterioro de la propia piedra por otros agentes biológicos, como plantas o animales. Además, también se han recogido muestras de material pétreo para su análisis en el laboratorio.

En las zonas donde se ha comprobado que podría haber nuevos desprendimientos se han colocado mallas flexibles, fijándose a las juntas de mortero para asegurarlas. Las redes se han escogido con un color determinado para que produzca el menor impacto visual posible en la apreciación de este bien de interés cultural.

Además, y de forma temporal, se han dispuesto protecciones físicas en las partes más sensibles para intentar minimizar las causas del deterioro: en la albardilla de remate del muro occidental se ha colocado una lámina impermeabilizante fijada con medios mecánicos, con el fin de asegurar que no se produzcan infiltraciones de agua de lluvia y nieve, y en el pequeño saliente que se encuentra protegiendo el pórtico central se ha instalado un tablero de aglomerado hidrófugo con una lámina impermeabilizante para mejorar la protección frente al agua de lluvia de pórtico de entrada. Este elemento se ha colocado mediante rastreles fijado en las juntas de mortero.

La documentación e información recogida servirán para realizar los estudios necesarios y convenientes que concluirán en la elaboración de un documento básico de mantenimiento de la fachada, en el que se recogerán las acciones necesarias para poder acometer una intervención que garantice su conservación.

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