El soriano Álvaro Martínez, trabajando en Ibiza en una vivienda que se autoabastecerá energéticamente

En San Lorenzo, al norte de la isla de Ibiza, está previsto que comiencen dentro de aproximadamente un mes las obras de una vivienda. No se trata de una casa más, sino de una que se va a construir siguiendo las directrices marcadas por el estándar Passivhaus, un estándar gestado en Alemania a finales de los años 80 y comienzos de los 90 con un objetivo primordial: reducir al máximo el consumo energético de las edificaciones.

Más recientemente aún, en mayo de este mismo 2015, Passivhaus dividió las construcciones en tres categorías: Classic, Plus y Premium. Inicialmente, la casa que se va a empezar a construir en Ibiza está previsto que sea Premium (a un consumo de 30 kilowatios por hora en cada metro cuadrado se añade una generación de 120). Sin embargo, es posible que con el avance del proyecto se reduzca la categoría a Plus (consumo de 45, generación de 60). Ello se debe principalmente a que la nueva casa está ubicada lejos de líneas eléctricas, con lo que no merecería la pena producir mucho excedente para luego no poder venderlo.

Un soriano en el proyecto

Una vez que empiecen las obras, el director de ejecución y coordinador de seguridad será el joven arquitecto técnico soriano Álvaro Martínez, quien se está formando dentro del modelo Passivhaus.

Este esfuerzo por la eficiencia energética se ha visto reflejado en un Real Decreto según el cual los edificios públicos primero (31 de diciembre de 2018) y los privados después (31 de diciembre de 2020) deberán tener "un nivel de eficiencia energética muy alto […]. La cantidad casi nula o muy baja de energía requerida debería estar cubierta, en muy amplia medida, por energía procedente de fuentes renovables, incluida energía procedente de fuentes renovables producida in situ o en el entorno".

En la casa en la que va a trabajar Álvaro Martínez, esta energía se conseguirá a través de placas fotovoltaicas. Originariamente, se calculaba que el exceso de coste de obra de una vivienda Passivhaus se tardaba unos siete años en amortizar con el ahorro energético. Ahora, sin embargo, el coste es prácticamente el mismo que con construcciones más tradicionales.

Antes de conseguir la certificación Passivhaus, es necesario que un técnico acreditado acuda a realizar todas las comprobaciones necesarias. Si estas comprobaciones son positivas, el edificio estará autorizado a colocar una placa con la categoría que haya alcanzado dentro de las tres citadas.

Trasladable a Soria

Martínez, residente en Ibiza desde hace año y medio y trabajando para Terravita desde hace menos de dos meses, considera que su Soria natal reúne las condiciones idóneas para los estándares de construcción Passivhaus. Principalmente, por tres condiciones climáticas: poca humedad, amplia diferencia térmica y alta radiación solar. En los tradicionales días soleados del invierno soriano, las casas podrían calentarse únicamente con la energía procedente del sol.

El proyecto, en el 'Diario de Ibiza'

Plataforma Edificación Passivhaus (en España)

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