El Festival de las Ánimas ya es todo un referente en el calendario festivo de la capital soriana. Sus organizadores han conseguido su objetivo: que la Noche de Difuntos soriana sea muy distinta a las celebraciones anglosajonas importadas y el espíritu becqueriano y mucho más antiguo, del medievo, se cuele en las calles sorianas y, sobre todo, junto al Duero.
El pasacalles amenizado por los grupos Lurte y Barzonia y con distintas figuras templarias que partió del Rincón de Bécquer a las 21.00 horas fue seguido por cientos de personas hasta su meta final, a tal punto que en pocos minutos las calles céntricas de la capital quedaron semivacías. Y eso que la noche estaba realmente fría.
La comparsa llegó hasta la zona del Duero (en el área de acampada del Enclave de Agua) y allí el grupo Stella Splendens y canto gregoriano interpretaron unas piezas, previas a la lectura de la Leyenda del Monte de las Ánimas. En esta ocasión fue el actor de doblaje Ramón Langa quien se encargó de poner voz a este relato.
La noche concluyó con el paso del fuego en un ritual que ahonda en las raíces más profundas de la historia soriana.
