Ciadueña, un poblado celtibérico en "excepcional" estado de conservación

El delegado territorial, Manuel López, ha visitado este viernes el yacimiento arqueológico ‘Las Eras’, en Ciadueña (Barca), un poblado celtibérico en excepcional estado de conservación, cuyos trabajos arqueológicos financia la Consejería de Cultura y Turismo: 18.000 euros en la última campaña y 23.900 euros en los años anteriores.

Estas labores técnicas comenzaron en el año 2008, cuando la prospección para la redacción del catálogo arqueológico incluido en las Normas Urbanísticas del Municipio de Barca, realizado por la empresa soriana Areco Arqueología S.L., documentó la existencia de un yacimiento de época celtibérica, correspondiente a una ciudad de tamaño medio, junto al río Duero, con una extensión cercana a seis hectáreas.

Su emplazamiento se sitúa en un pequeño altozano, que se levanta 30 metros sobre el cauce del río, desnivel que se salva con una abrupta pendiente en las laderas norte y este, excavándose un foso de grandes dimensiones, de casi 250 metros de longitud y 30 de anchura, en la zona más accesible. Todo el perímetro debió estar rodeado, según los técnicos responsables de los trabajos, por una muralla construida en tapial, cuyo derrumbe ha quedado marcado por un pequeño terraplén que se asoma sobre el foso en el sector no cultivado.

Manuel López ha recordado durante la visita que, dado el interés del conjunto arqueológico localizado, la Junta de Castilla y León está desarrollando y financiando, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural, un proyecto de investigación en Ciadueña, en el que se encuadran las presentes excavaciones, bajo la dirección de los arqueólogos Juan Pedro Benito Batanero, Alberto Sanz Aragonés y Carlos Tabernero. Junto a ellos, también han estado en el yacimiento el alcalde pedáneo de Ciadueña, José Luis Aparicio, el jefe del Servicio Territorial de Cultura, Carlos de la Casa, y la arqueóloga territorial, Elena Heras.

Magnífico estado de conservación de todos los elementos hallados

Los trabajos de esta última campaña se han centrado en la documentación de una vivienda de planta rectangular y sus elementos arquitectónicos. Se han excavado dos estancias, una despensa en la que se han hallado apoyos para grandes vasijas de cerámica, y una gran sala central en la que se sitúa un hogar en forma de ‘U’ con trasfuego. La intervención ha proporcionado numerosos restos cerámicos y piezas de vajilla completas, como platos, copas, cuencos y ollas de cocina. Esta nueva vivienda se adosa a otra excavada en campañas anteriores, de mayor tamaño (100 metros cuadrados) y una estructura más compleja.

La importancia de estos hallazgos para la investigación radica en el buen estado de conservación de todos los elementos descubiertos, tanto estructurales (muros de adobe, silo u horno) como materiales (cerámicas, cestos de mimbre, estructuras de madera, etc.), debido a su repentino abandono a causa de un gran incendio.

La inusual conservación de elementos de madera, muy difícil de documentar en yacimientos de este tipo y época, ha permitido, según los directores del proyecto, “conocer elementos desconocidos hasta el momento, como umbrales de puertas, cestos de mimbre, estructuras de telar, etc. Por otra parte, la superficie excavada (255 metros cuadrados a día de hoy) está aportando información sobre el urbanismo de la ciudad y ha permitido documentar, de forma fehaciente, que las casas disponían de cubiertas planas, construidas con vigas de madera y barro”.

Ocupación de la ciudad entre los siglos II y I antes de Cristo

Para los trabajos de documentación los responsables arqueológicos están utilizando “desde sistemas de registro tridimensional, mediante fotogrametría y escáner 3D, hasta sistemas de información geográfica. Se han realizado análisis de paleomagnetismo y carbono-14 para la datación del yacimiento, así como cromatografía de gases para analizar el contenido de las cerámicas encontradas. Los primeros resultados de estos análisis han proporcionado una fecha de ocupación de la ciudad en el siglo II antes de Cristo, produciéndose la destrucción y abandono de la misma durante el siglo I antes de Cristo”.

Gran parte del ajuar cerámico encontrado ha sido depositado en el Museo Numantino de Soria para su restauración. Destaca una gran vasija decorada con un friso de caballos pintados al estilo numantino, que se encuentra actualmente en proceso de restauración.

Parte de los restos excavados han sido cubiertos para evitar su deterioro, a la espera de realizar sucesivas campañas de investigación que permitan un conocimiento más amplio de la ciudad y la arquitectura doméstica urbana en época celtibérica.

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