Una ciudad abarrotada para ver Las Caídas de Jesús y el nuevo paso de La Verónica

Foto: Santiago Farizano

Más de una hora y media ha tardado la Procesión Vía Crucis de Penitencia de la Cofradía de las Caídas de Jesús en recorrer aproximadamente la mitad de su trayecto, hasta la plaza Mariano Granados, desde su partida en la concatedral de San Pedro. La expectación ha sido máxima, teniendo en cuenta varios factores: la tarde primaveral de este Jueves Santo (a pesar del descenso de la temperatura a última hora), el aumento considerable de visitantes que han llegado a la capital soriana a pasar esta Semana Santa, los fieles seguidores de esta Cofradía y, también, el nuevo paso que se ha incorporado al recorrido de esta procesión: La Verónica.

La nueva imagen, fabricada por el taller Arte Salmerón, ha sido portada en andas por 24 cofrades, y ha precedido al paso titular de la hermandad, compuesto por Jesús con la Cruz a Cuestas y el soldado romano. En medio de ambas imágenes la banda de cornetas y tambores de la cofrafía de viste con túnica de color negro con botones rojos a lo largo del delantero y cordón rojo alrededor del cuello y puños, capa color grante, capirote azul, cordón grante y guantes blancos.

En el caso de la vestimenta de los cofraces que portan las tres cruces y sus acompañantes está compuesto por túnica y gorro granate, con cinturón negro.

La extensión en el tiempo de este recorrido viene motivada por el rezo y paradas de las 14 estaciones del Vía Crucis y la plática que se realiza para recordar las tres Caídas de Jesús.

No solo estas tres menciones aluden a las Caídas del Señor. Más explícita es la alusión visual al comprobar como tres penitentes llevan sobre sus hombres sendas cruces de madera de notable peso.

Una vez concluido el recorrido, de vuelta en la concatedral de San Pedro, sobre las 22.30 horas hasta el mediodía del Viernes Santo se rezan las velas al Santísimo en este templo.

Esta procesión da paso a la del Silencio de la Cofradía de la Virgen de la Soledad, que a las 23.30 horas parte del parque de la ermita de la Alameda de Cervantes hacia Mariano Granados, para seguir el trayecto hasta San Pedro.

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