La Junta trabaja en la puesta en marcha de un modelo de atención sociosanitaria en el domicilio

La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Milagros Marcos, ha explicado ante un grupo de 100 expertos europeos los pasos dados en la Comunidad para construir un modelo "maduro" de Servicios Sociales y que ahora es la base para edificar un modelo de atención sociosanitaria. "Solo sobre la base de un modelo maduro de Servicios Sociales se puede construir un sistema de coordinación sociosanitaria, centrado en mejorar la calidad de vida de las personas”, ha advertido la consejera, quien ha detallado los profundos cambios introducidos en el sistema de Servicios Sociales de Castilla y León y las experiencias puestas en práctica en el ámbito de la atención sociosanitaria.

De esta forma, las consejerías de Sanidad y de Familia e Igualdad de Oportunidades trabajan en la puesta en marcha de un modelo de atención sociosanitaria en el domicilio. Este modelo, que persigue resolver en el propio hogar los cuidados sociales y sanitarios que precisa una persona de forma simultánea o sucesiva, representa el siguiente paso en el sistema de coordinación sociosanitaria que está implantando el Gobierno autonómico en la Comunidad.

Así lo ha anunciado hoy la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Milagros Marcos, durante la conferencia que ha impartido, como miembro de un grupo de cien expertos europeos, en el I Foro Internacional de Economía y Salud, organizado por la Fundación Economía y Salud, con el objetivo de abordar la aportación del sistema de atención sociosanitaria a la mejora de la calidad de vida de las personas.

Milagros Marcos ha detallado ante el grupo de especialistas los sistemas de trabajo que Sanidad y Servicios Sociales están impulsando para avanzar aún más en ese modelo de atención sociosanitaria integrada. De forma coordinada, ambos trabajan en el desarrollo de una plataforma tecnológica de atención sociosanitaria al paciente crónico y a personas en situación de Dependencia.

Esta herramienta permitirá a los profesionales sanitarios y sociales tener acceso en tiempo real a la historia clínica y social de una persona, poder elaborar un plan en conjunto de cuidados sanitarios y sociales, permanecer interconectados para prestar una atención individualizada a cada caso y dar continuidad a la atención cuando el paciente sea derivado de un sistema a otro.

La creación de esta plataforma está vinculada al concepto de compra pública innovadora. 44 entidades -entre empresas, entidades privadas y centros de investigación públicos- han presentado 88 propuestas a la convocatoria de propuestas de soluciones innovadoras, efectuada conjuntamente por la Gerencia Regional de Salud y por la Gerencia de Servicios de Castilla y León, con el objetivo de crear esa plataforma que mejore la atención de los pacientes y que pueda ser exportable a otros territorios.

Es la búsqueda de soluciones sociosanitarias para la calidad de vida de las personas, lo que ha motivado la participación y el impulso de la Consejería de Familia e igualdad de oportunidades del Clúster 'SIVI' (Soluciones Innovadoras para la Vida Independiente). En esta asociación, la Administración está trabajando con las universidades, los representantes del Tercer Sector y las empresas de la Comunidad (la cuádruple hélice de la innovación) y tiene como estrategia el desarrollo económico sostenible y la generación de empleo de calidad, que además redunde en el bienestar de las personas con necesidades sociosanitarias.

Por medio del Clúster se ha desarrollado el proyecto europeo Innovage, que trata de explotar las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación en la mejora de la atención a las personas mayores, tanto en el entorno residencial como en el propio domicilio. Se trata de sumar el trabajo y el esfuerzo de los 27 socios del Clúster en una nueva forma de trabajo que permita poner en valor el gran potencial de creación de riqueza que tiene la atención sociosanitaria.

Experiencias de ‘éxito’ en el modelo de atención sociosanitaria

La Junta de Castilla y León se plantea ahora el reto de llevar la atención sociosanitaria al domicilio, tal y como ha precisado Milagros Marcos, tras haber puesto en práctica experiencias en el ámbito de la atención sociosanitaria en los centros con "exitosos resultados".

La consejera se ha referido así al modelo de atención sociosanitaria a la discapacidad por enfermedad mental, pilotado en Toro (Zamora) y pionero en España, que aúna los Servicios Sociales y los sanitarios para garantizar una atención integral a las personas con este tipo de discapacidad. Para ello, se crearon en cada una de las provincias equipos mixtos de coordinación, compuestos por profesionales de ambos sistemas. Ellos son los encargados de realizar en un único proceso la valoración y la asignación de recursos, de elaborar el Programa Individualizado de Atención de cada persona con discapacidad mental que lo precise y de hacer un seguimiento de esa atención.

Otro ejemplo de coordinación entre ambos sistemas lo constituyen las unidades de convalecencia sociosanitaria. La Comunidad dispone actualmente de plazas en unidades de convalecencia en Valladolid y en Segovia y antes de que finalice el año se abrirán plazas en Burgos, León, Palencia y Salamanca, según ha anunciado Milagros Marcos.

El objetivo es reservar, en residencias de personas mayores, unidades específicas para que una persona en situación de dependencia con un proceso crónico de enfermedad o una patología asociada al envejecimiento reciba, una vez que está estable y a su salida del hospital, cuidados sociales y sanitarios de baja intensidad de forma simultánea mientras logra su recuperación o rehabilitación. Esas personas, además, deberán presentar siempre necesidades sociales, bien porque necesitan cuidados que excedan de la capacidad de un cuidador, carezcan de un cuidador o residan en una vivienda con barreras arquitectónicas.

La base, un modelo de Servicios Sociales ‘maduro’

La Comunidad está, por tanto, preparada para afrontar una nueva etapa en la coordinación sociosanitaria, una vez que ha ensayado con éxito experiencias que se apoyan sobre la atención en centros y ha logrado un sistema de Servicios Sociales “sólido y maduro”, tal y como reconocen varios estudios de expertos, que logra dar soporte de una forma eficiente a las principales necesidades sociales y sanitarias de las personas, y en condiciones de equidad con el sistema sanitario.

Y es que, ante los especialistas, Marcos ha advertido de que "solo sobre la base de un modelo maduro de Servicios Sociales se puede construir un sistema de coordinación sociosanitaria", pensando siempre en mejorar de forma notable la calidad de vida de las personas.

Por ello, se ha detenido en explicar el ‘profundo cambio’ al que se ha sometido al núcleo de los Servicios Sociales de Castilla y León, que arrancó con la aprobación de la Ley de Dependencia y que consagró la Ley de Servicios Sociales, aprobada en 2010, como un modelo vanguardista y que ahora sirve para construir el modelo de coordinación sociosanitaria.

El giro dado a los Servicios Sociales supuso un vuelco en los derechos de las personas, en la organización administrativa, en la gestión de la demanda y de la oferta, así como en el modelo de financiación. El primer paso fue reconocer que la prestación social es un derecho subjetivo de la persona, públicamente garantizada con independencia de cuál sea el nivel de necesidad o el índice de demanda. Se abandonaba así el viejo marco de la 'beneficencia' y se instauraba el nivel de protección social basado en derechos. No en vano, como ha apuntado Marcos, resulta "inviable" ahora plantear la atención sociosanitaria si se carece del derecho a recibir prestaciones sociales suficientes para cubrir las necesidades sociales y sanitarias, y recibirlas de forma preferente y prioritaria.

Los Servicios Sociales se sustentan en la máxima de que la persona es el eje sobre la que debe girar la Administración, y no al revés, y en que se debe tener una visión unificada de sus necesidades. Por tanto, se sustituyó el modelo tradicional de planificación fragmentada por sectores (discapacidad, mayores, menores...) por una planificación integral, enfocada directamente en dar una respuesta a las necesidades reales y concretas de la persona. Además, se concibió el sistema de Servicios Sociales como un todo, único e indivisible, que integra todos los programas, actividades, prestaciones, equipamientos y actuaciones, tanto de titularidad pública como privada, y donde están implicados los profesionales y los agentes (corporaciones locales, entidades o empresas) que dan forma al sistema. Se logró pasar de un conjunto plural de sistemas independientes a un único sistema único e integrado. Es lo que se denomina sistema de responsabilidad pública.

Este cambio de enfoque obligó a dotar a los Servicios Sociales de nuevas herramientas de gestión. Así, se procedió a la unificación de un sistema de información -común y compartido por los agentes que intervienen-, se diseñó un sistema de acceso unificado a los servicios. Se unificaron las solicitudes de Dependencia y Servicios Sociales, el baremo, los criterios o el cálculo de la capacidad económica.

El objetivo: simplificar los trámites y homogeneizar criterios en toda la Comunidad, con independencia de qué administración preste al final el servicio. Se asignaron profesionales de referencia, se configuraron equipos de coordinación interadministrativa, se creó un único registro de usuario y la historia social única, accesible a todos los profesionales del sistema.

En paralelo, la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades ha trabajado en la elaboración de un catálogo de Servicios Sociales, como un instrumento que fija, ordena y califica las prestaciones, su contenido e intensidad mínima, la población destinataria, los requisitos y condiciones de acceso, su titularidad, la aportación del usuario, la forma de financiación, el régimen de compatibilidad. Será el inventario de derechos sociales de los ciudadanos más amplio y concreto de España.

Otro de los cambios introducidos afectó a la financiación de los Servicios Sociales. Milagros Marcos ha explicado que ahora son las necesidades sociales las que determinan qué umbral de recursos económicos hay que asignar para cubrirlas. Y con respecto a la aportación del usuario al sistema, se produce una revolución, ya que se utilizan las mismas reglas para todo el territorio y para todos los recursos y prestaciones: Mismas reglas para el cálculo de la capacidad económica, mismas reglas de aportación de todos los recursos.

La consejera ha explicado, además, que el nuevo escenario económico, surgido de la crisis, obligó también a redefinir el sistema y a tomar decisiones. Con un amplio consenso se adoptaron acuerdos con el Diálogo Social y el sector de personas mayores y personas con discapacidad para primar los servicios profesionales, y se apostó claramente por un novedoso modelo de atención profesional 'En mi casa' en su doble vertiente: unidades de convivencia y centros multiservicios. Hoy optan por los servicios profesionales el 70 % de las personas dependientes en la Comunidad.

Todas las medidas introducidas han permitido que en Castilla y León el 100 % de las personas con derecho a prestación ya la reciban, que sea la Comunidad reconocida como más eficiente en la prestación de Servicios Sociales, porque con menor gasto ofrece mayor cobertura y genera más empleo que la media nacional -6,36 empleos por cada 1.000 habitantes-, o que se haya rebajado hasta un 12 % las plazas vacantes en el sector residencial.

Para la consejera, resulta imprescindible tener esa visión de los Servicios Sociales para construir un modelo de atención sociosanitaria, en la medida en que bien gestionados, evitan conflictos sociales y son un sector estratégico para ayudar en la salida de la crisis. De hecho, según ha apuntado, de cada euro invertido en Servicios Sociales 0,59 retornan a la sociedad, o que de cada millón de euro invertido en este sector genera entre 25 y 30 empleos, cuando la media de otros sectores está en 17 (15 en la construcción).

Por todo ello, ha concluido que solo se puede construir el modelo de coordinación sociosanitaria si se reconocen derechos y un procedimiento de reconocimiento de esos derechos, se establece un copago único en toda la Comunidad, si Sanidad y Servicios Sociales programan y priorizan las necesidades comunes, comparten información, se elaboran mecanismos de coordinación entre ambos sistemas y se crea un clima de confianza entre los profesionales de ambos sistemas.

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