La Junta recuerda que Castilla y León tiene un protocolo de actuación sobre el ébola

El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez, ha pedido este viernes prudencia y serenidad ante la alarma suscitada por los recientes casos de personas que procedían de países africanos con síntomas similares a los del ébola y que finalmente ni padecían la enfermedad ni llegaron a ser considerados casos en investigación.

En este sentido, Sáez ha recordado que, en el supuesto de que llegara a Castilla y León algún paciente cuyos síntomas hicieran sospechar que pudiera estar afectado por la Enfermedad por Virus del Ébola (EVE), se informará de manera inmediata a los ciudadanos, tanto de la situación del afectado como de su lugar de ingreso y la evolución de su patología.

Además, el consejero ha insistido en que Castilla y León se encuentra preparada para recibir a pacientes que pudieran estar afectados por el Virus del Ébola. Ha recordado una vez comunicado el pasado 22 de marzo un brote por EVE en Guinea Conakry, la Consejería de Sanidad remitió el 7 de abril información a los centros sanitarios sobre las características de la enfermedad, su forma de transmisión y su evolución epidemiológica actualizándola de acuerdo con el desarrollo del actual brote en África Occidental.

El pasado 7 de agosto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que este brote constituía una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional. En la actualidad, son cuatro los países afectados: Guinea Conakry, Liberia, Sierra Leona y Nigeria (Lagos). Hasta ahora se han registrado 3.069 casos y 1.552 fallecimientos en estos países.

En España se están aplicando las recomendaciones de la OMS en relación con la información y control de quienes viajen o provengan de países afectados y se ha acordado, entre el Ministerio y las comunidades autónomas, un ‘Procedimiento de actuación frente a casos sospechosos y confirmados de EVE’.

Por su parte, en Castilla y León, a partir de este documento de consenso, se ha elaborado un protocolo de actuación que incorpora los criterios de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica con el objetivo principal de garantizar la detección y el diagnóstico precoz de un posible caso de EVE, con el fin de adoptar de manera inmediata las medidas de control adecuadas para evitar la aparición de casos secundarios.

Criterios clínicos y epidemiológicos

En el documento elaborado se detallan los criterios de definición de caso: clínicos (fiebre superior a 38,3º y otros síntomas acompañantes); epidemiológicos (estancia reciente en países donde se han producido casos o contacto con un caso) y de laboratorio. Y se establece su clasificación posible: caso en investigación (paciente que cumple criterios clínico y epidemiológico); caso confirmado (por laboratorio); y caso descartado en función de la clínica, la investigación epidemiológica o la existencia de otro agente infeccioso.

El protocolo incluye la comunicación al 1-1-2 de casos posibles, la caracterización por los servicios de epidemiología del caso y, cuando corresponda, la activación de las diversas actuaciones orientadas a asegurar el aislamiento y la protección. Ante un caso a investigar, el trasporte al hospital de referencia se realizará a través del Centro Coordinador de Emergencias del 1-1-2. Estos centros de referencia –Hospital Río Hortega de Valladolid, Hospital Clínico de Salamanca, Hospital Universitario de Burgos y Complejo Asistencial de León- ya han definido la zona en la que puede garantizarse el aislamiento del caso en investigación, el circuito que seguirá el pacientes desde la llegada del trasporte sanitario, y el personal necesario para su atención.

De igual forma, los servicios de urgencia de los hospitales que no son de referencia han determinado las zonas de aislamiento y procedimientos de atención y de traslado a los de referencia. En todos los casos se establecen los requerimientos necesarios para el adecuado aislamiento: en el transporte, la circulación en centros sanitarios, las características de las habitaciones, etc.

Junto al aislamiento, las medidas de protección de las personas en contacto con casos en investigación o confirmados son fundamentales para evitar potenciales riesgos. Por ello, se definen las características de los equipos de protección, el entrenamiento en su utilización o los requerimientos para la obtención de muestras, su traslado y procesamiento. De igual forma, se establecen los criterios de gestión residuos, equipos y material utilizado, así como los procedimientos de limpieza y desinfección de los espacios donde hayan permanecido posibles casos.

Finalmente, se ha elaborado documentación sobre el estudio y manejo de contactos y las correspondientes recomendaciones y niveles de vigilancia de éstos.

Además de la información facilitada a los centros sanitarios, se han realizado diversas reuniones con los responsables y técnicos de salud pública, de emergencias sanitarias, de los hospitales de referencia (medicina preventiva, urgencias, expertos en enfermedades infecciosas y prevención de riesgos laborales), de los restantes hospitales y de atención primaria. También se ha facilitado información a las organizaciones sindicales presentes en la Mesa Sectorial sanitaria y se ha reforzado la coordinación con la Delegación del Gobierno en Castilla y León.

Por todo ello, el consejero ha recordado que la situación actual es de alerta, es decir, de vigilancia activa y atención ante un riesgo potencial. Sin embargo la alarma, como la generada recientemente en algunos casos, no contribuye a resolver los problemas, pues no hay un peligro inminente o una amenaza repentina. La clave es identificar un caso posible, aislarlo y minimizar los contactos. En este sentido, Sáez ha reclamado la colaboración de los medios de comunicación y reiterado el compromiso de facilitar toda la información disponible en el supuesto de que se active el procedimiento ante un caso en investigación.

Características del ébola

Por otra parte, hay que recordar que la EVE es una enfermedad hemorrágica febril con un periodo de incubación de entre 2 y 21 días y con una tasa de letalidad de este brote es de entre el 50 y el 60 %. Actualmente no existe ninguna vacuna ni ningún tratamiento disponible. La transmisión del virus sólo se produce mediante contacto directo con los fluidos corporales de personas infectadas.

Para considerarse un caso en investigación debe cumplir tanto criterios clínicos como criterios epidemiológicos. Es decir, el paciente tiene que tener una fiebre superior a 38,3ºC y manifestaciones hemorrágicas o bien fiebre superior a esa temperatura y al menos dos de los siguientes síntomas: mialgias, cefalea, odinofagia, vómitos o diarrea. Mientras, para cumplir con los criterios epidemiológicos el paciente debe haber estado en una de las áreas donde ha habido casos de EVE y haber tenido contacto con algún caso en investigación o confirmado.

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