Una carta de amor imaginaria de Leonor a Antonio Machado

Siguen los homenajes de recuerdo al aniversario de la muerte de Machado. Este es muy diferente y personal. Nos han facilitado por Twitter (@rh_antonio) una carta de amor imaginaria de Leonor Izquierdo a Antonio Machado. Su autora es Cristina Oliva de Cádiz y con ella ganó un premio en la V edición de cartas de amor (ver). Algo así podría haber escrito hace un siglo:

"Mi querido Antonio:

Por más que lo intento, no puedo. Cada vez se me hace más difícil el camino, a pesar de compartirlo contigo. Cada vez me debilita más el cargar a mis espaldas esta pesada mochila llamada enfermedad.

Eres Sol para mis días, agua para mi sed y abrigo para mis inviernos. ¡Eres tanto, Antonio! Eres maestro, poeta y marido. Y, a pesar de ser tanto para mí, a pesar de tener papel protagonista en la obra de mi vida, estos nubarrones se empeñan en cubrir nuestro cielo. La tos no logra sacar con ella el dolor, y mi luz, a pesar de sentir el resplandor de la tuya, se apaga.

Tu escritura es medicina contra el dolor, alivio del sufrimiento. Es por eso que me he hecho con esta pluma y este papel, y a pesar de ser incapaz de sacar rima alguna, trato de dejar correr sentimientos, intentando imitar eso que tú haces, ese arte tuyo de gritar lo que el corazón dicta.

Tengo miedo, Antonio. Mis primaveras se convierten en otoños que pasan a ser inviernos fugazmente. Se me va la vida. Corre demasiado este tren, siento que se acerca la estación y no quiero bajar. No quiero bajar sin ti, sin escuchar tus rimas, sin pasear por esta tierra tan nuestra como los momentos que hemos vivido aquí, como las huellas que dejamos al pasar y que sólo el tiempo podrá borrar con paciencia. No quiero que se borre mi huella, ni tampoco que se borre tu sonrisa por verme marchar.

No quiero ni puedo verte sufrir por mí. Más que mi propio mal, me duele verte a ti postrado en esa incómoda silla, acariciándome la mano y besándome la mejilla mientras las lágrimas luchan por quedarse en el contorno de tus ojos, como si tuvieran miedo de correr cara abajo, como si tuvieran el miedo que tengo yo a que mi vida corra y acabe precipitándose desde el acantilado más pendiente de este mundo en el que no quiero dejar de estar junto a ti.

¿Recuerdas cuando nos conocimos, Antonio? Soria es el paisaje perfecto en el que encaja esta nuestra historia. Bendito sea el destino que te condujo a mi lado; maldito sea ahora que nos quiere separar.

Siento que me consumo, que la cera de mi vela se derrite, pero te siento cerca, te siento tan cerca como siempre, y siento que por muy feo que se vuelva el paisaje, si tú estás en él junto a mí, cualquier recuerdo es la más bella de las fotografías.

Tenemos el álbum más bonito que se puede contemplar. Y es que nadie como tú sabe definir mejor el amor, nadie como tú sabe enamorar y enamorarse, disfrutar y hacer que disfruten. Nadie como tú para hacerme feliz, para hacerme vivir.

Gracias por disfrutar conmigo del paseo que es vivir. Gracias por pasear de mi mano cada día, por ser pies cuando los míos cansados y débiles no podían dar un paso más, por tener siempre fuerza para hacerme remontar. Gracias por respirar a mi lado, por dormir en mi lecho, por despertar en mi pecho y no alejarte jamás. Gracias por mover cielo y tierra porque tu joven princesa sonriera una vez más.

Gracias amor mío, por ignorar a las gentes, por pisar el altar conmigo, por enseñarme qué es amar. Gracias por ser pañuelo de mis lágrimas. Gracias por ser medicina, por luchar tanto como yo contra esta enfermedad.

Gracias por cumplir tus promesas, por sentarte conmigo a la mesa y por no desistir. Gracias porque gracias a ti celebro la vida, gracias a ti me sabe a dulzura hasta lo más amargo a probar.

Gracias por tu mano tendida, por tus besos, tus caricias. Gracias por pronunciar tus ‘te quiero’. Gracias por escuchar los míos.

Por, a pesar de ser tu niña, considerarme mujer.

Te quiero tanto como siempre, te necesito más que nunca.

Leonor Izquierdo"

@rh_antonio

Más en Sin Categoria
Entrando en la página solicitada Saltar publicidad