HASTA SIEMPRE, MAESTRO
"Puedo considerarme como uno de aquellos músicos sorianos que tuvo el privilegio de compartir escenario con el maestro Manolo Escobar en la maravillosa actuación de la Banda de Música en las fiestas de San Saturio de aquel año 2005. Antes de nada quisiera darle las gracias por tan buenos momentos que pasamos ese día y por la brillantez, cercanía y amabilidad de que imprimía, y lo hará siempre in memoriam, su música.
Es uno de los grandes, por no decir, el más grande de la copla española; lo es y lo será siempre, con él han crecido cientos de españoles y Soria tuvo la oportunidad de tenerlo muy cerca.
Recuerdo que la ilusión inundó el local de ensayo, en el antiguo Colegio de la Presentación, cuando José M. Aceña anunció que tocaríamos con Manolo Escobar. Después de haber actuado con Francisco (en una de las más gélidas noches del estío soriano) esta noticia era lo más grande. ¡La Banda con Manolo Escobar!. Que Viva España, La Morena de Mi copla, La minifalda……….. Estaríamos a la altura?. Y vaya si estuvimos.
Durante todo el verano ensayamos duro con un representante del artista, un tipo bajito con poco pelo pero compensado con un gran carácter. Era como un volcán en erupción, nos advirtió ya desde el primer momento que esta empresa no era tarea fácil. Recuerdo que la gente se llevó los papeles a casa para estudiar y todo, de la presión interpretativa de aquellos días. Este señor, afamado representante de artistas, había hecho unas transcripciones para banda más que reconocibles y por supuesto deseaba que todo saliera bien. Como es habitual, la Banda de Soria respondió con profesionalidad a tal envite.
Las notas inundaron nuestras cabezas que aún no podían creer la próxima llegada de tal acontecimiento.
El trabajo dio sus frutos el día 5 de octubre. En el aparcamiento del antiguo estadio de los Pajaritos, justo debajo del polideportivo (convertido en improvisados vestuarios) se instaló una enorme carpa que interconectaba el pabellón con la pista de baile. El día estaba bastante serio, con una temperatura moderadamente fresca (para nosotros), para Manolo Escobar, parecía haber llegado el invierno. Nos citaron a eso de las 6 de la tarde para la realización de una prueba de sonido donde veríamos por primera vez al artista. Ataviado con vaqueros, jersey azul con camisa y complementado con sus gafas de lejos, accedió al escenario, saludó al director y hubo un intercambio ligero de palabras con los músicos. Imaginaros sobre qué tema: ¡Qué frío hace en Soria!. Por ello Manolo llevaba en la mano un vaso de café con leche y en la otra el micrófono. Se acabó el café y aún no habíamos empezado a ensayar, y ya pidió otro con su mano temblorosa.
Pronto comenzó la música y el sueño se hizo realidad, empezaron a sonar los sones propios del maestro y la brillantez del acompañamiento musical junto con la pureza de la mezcla de sonido prometían una gran noche.
Sorprendió a los músicos que Manolo en varias ocasiones olvidara la letra de sus canciones, por lo que el autor con gran maestría mientras recibía órdenes desde su pinganillo, improvisaba las más incoherentes rimas, sin embargo seguía sonando también…….
Y llegó la hora del concierto. Ataviado con su traje y corbata a juego, un cabello brillante y engominado y una sonrisa del más puro estilo Escobar, Don Manuel salió a la palestra. Debajo del escenario cientos de sorianos de todas las edades le recibieron con los más notables vítores y empezó la fiesta musical que se alargaría durante casi dos horas.
Para finalizar el concierto, el cantante se atrevió a entonar la sanjuanera “La Compra” que José Manuel Aceña había preparado para él. Las risas surgieron entre músicos y público cuando cada vez que el cantante citaba nuestro querido monte decía “Valonsandenro”, un trabalenguas la mar de complicado.
Acabada la cita musical, Manolo se hizo fotografías y firmó autógrafos para los presentes en una noche inolvidable en uno de los mejores conciertos de la banda municipal de música de Soria".
Norberto Francisco Moreno Martín
