Encuentro del obispo de Osma-Soria y del obispo ortodoxo rumano

La Diócesis de Osma-Soria vivió este domingo un momento ecuménico de "gran alcance" al producirse el encuentro fraterno entre monseñor Gerardo Melgar Viciosa, obispo de la Sede soriana, y el obispo Timotei, de la Iglesia Ortodoxa Rumana en España y Portugal. Tres años antes, el 28 de septiembre de 2009, ambos prelados firmaron en la Casa Diocesana el convenio de cesión de la Ermita del Mirón para las celebraciones litúrgicas de la comunidad ortodoxa rumana. La ocasión del nuevo encuentro estuvo provocada por el bautismo del hijo de Camelia y del padre Gabriel, sacerdote ortodoxo rumano de la comunidad de Soria.

Al final de la celebración ambos obispos se saludaron reconociendo que "es una historia de amor lo que nos une en Cristo Jesús aunque todavía haya elementos de división que no nos permiten celebrar juntos la Eucaristía”, según indicaron desde la Delegación Episcopal de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso.

Al encuentro, "muy emotivo para todos los creyentes, ortodoxos y católicos, que se encontraban en la ermita del Mirón", asistieron también una misionera de la unidad, Águeda García de Antonio; Francisco José López Sáez, teólogo de la Universidad de Comillas y sacerdote de la Diócesis de Ciudad Real; y la Delegación Episcopal de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso en Soria.

Ambos prelados dialogaron fraternalmente y compartieron comida rumana. Además, desde la comunidad ortodoxa obsequiaron al obispo oxomense-soriano con un icono pintado en cristal de Nuestra Madre la Virgen María.

Según destacó el delegado episcopal de ecumenismo, Ángel Hernández Ayllón, fue un momento de gran emotividad y cercanía reconocernos los que hemos sido redimidos con la misma Sangre de Cristo. Le seguimos pidiendo a Dios la unidad que restaura y reúne a la familia en la misma mesa: ‘Que todos sean uno para que el mundo crea’ (cf. Juan 17, 21)”. Igualmente declaró que “son gestos locales y pequeños, pero el amor y la unidad tienen una fuerza y un poder que vence al odio y a la división. Los que fuimos testigos de tan maravilloso momento nos dimos cuenta que la unidad sana, recrea y une a las familias. Fue una jornada muy especial por la que dar gracias al Dios Uno y Trino, unidad en la diversidad, que es riqueza y capacidad de amar”.

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