Por Ana Lázaro

Mario Tejedor, versos en blanco y negro

Dicen que los ojos son el espejo del alma. Cuando el objetivo se convierte en la prolongación del ojo, el alma aflora en forma de imagen. Imágenes en blanco y negro, como el lienzo y la tinta. Imágenes que evocan poesía. Versos de paisajes serenos y olvidados, de miradas que trasmiten, a su vez, su propia noción del tiempo. De brutalidad contenida sobre el albero, de vidas de otras épocas. Del ‘tempus fugit’. De elegías. De abandono.

El de Mario Tejedor es un trabajo minucioso, gestado entre el insomnio y la reflexión. Nunca en balde. Nunca gratuito.

La subjetividad, intrínseca siempre a la fotografía, se hace más patente con los pequeños detalles, hasta el punto de provocar empatía. Y, así, uno termina rindiéndose a la mirada de un equino, la única que en un festejo popular pone un punto de cordura entre la marabunta. O a la tensión del rostro del diestro ante su crimen. O a carreteras sinuosas que culminan en mares de nubes. Y a manos que modelan la vida en comunidad. Es la perspectiva más íntima del prójimo. Sea de la especie que sea. Porque ante el objetivo de un poeta, todos somos iguales. Todos estamos desnudos.

Ana Lázaro es periodista

Siempre quise conocerle. Luego descubrí que también le gusta el mar. El lugar fue la Escuela de Artes, llamaba la atención. Al menos a mí me llamaba la atención.

Era el chico de 2º que hacía fotos “raras”, siempre en blanco y negro. Como él, siempre de negro pero con una luz blanca a su alrededor iluminándole. Debe ser su aura. Que bonito ser fotógrafo y que te ilumine una luz tan especial. Por fin coincidimos en segundo y compartir las mañanas rodeados de líquidos, de luces de estudio, de imágenes de fotógrafos increíbles nos acercó.

Mario solía aparecer a primera hora si la clase merecía la pena; casi nunca puntual, tosía, se levantaba, estaba inquieto. Ahora se que madrugar no le sienta bien pero hacía el esfuerzo para aprender, para seguir aprendiendo como siempre hace.

Yo flipaba con sus fotos oníricas que me transmitían casi siempre la idea de libertad, de movimiento y el con mis retratos callejeros. Lo que más me gusta del trabajo de Mario, lo que más me gusta de Mario es que siempre es consecuente con lo que piensa.

Sus fotos son él, solo hay que conocerle para darse cuenta. Sus pájaros son él, los caballos corriendo son él, las carreteras curvadas son él; son su búsqueda, su manera de buscarse. Nunca le he acompañado a hacer fotografías, pero me encantaría ver su manera de fijar la mirada en algún punto concreto que le transmita lo que quiere transmitir concretamente.

Un día me contó que había soñado que volaba toda la noche. Yo pensé en lo maravilloso que tiene que ser dormir al lado de alguien que ha pasado toda la noche volando y en todo lo que eso te puede inspirar para el resto de tus días, para el resto de tu vida, para el resto de tus fotos.

Mario no para de hacer cosas, su inspiración, sus ganas le mueven continuamente. Siempre tiene proyectos nuevos en la cabeza, fotográficos, personales, civiles… Siempre en marcha, siempre en lucha.

De sus fotos:

Desde que le conozco, no hace tanto realmente le he visto trabajar en unos cuantos proyectos. Sus series de fotos para las fiestas de la ciudad, su proyecto de la escuela en el que devolvió vida a personas fotografiadas a principios del siglo pasado, su serie de fotos tomadas en Irlanda en un viaje creo que bastante iniciático para él, sus fotos para Latidos del Olvido, en las que introduce movimiento en espacios que han permanecido estáticos durante mucho tiempo y sus últimas fotos, sus fotos más personales si cabe, en las que los pájaros en bandada, en pareja y solitarios vuelan sin descanso; los caballos rodeados de la nieve del invierno soriano miran hacia adelante; las carreteras llevan a algún lado, aunque no se sepa a cual. Y todos ellos como búsqueda de algo, mejor dicho como búsqueda de alguien, como búsqueda de él.

Y ahora me encuentro en el mar rodeada de sol cogiendo un saquito de arena y un chin de agua del Cantábrico que hace poco nos unió un poquito más.

Gracias Mario, es tu regalo de cumpleaños.

Natalia Pancorbo, amiga y compañera de estudios

IMÁGENES
DUBLÍN

Parte de la serie realizada en Dublín en el 2011

Ver vídeo

 

SEMANA SANTA

Parte del trabajo realizado durante la Semana santa del 2012

 

TIERRA DEL AIRE

Ser libre, libre y valiente...

Y retrocedes porque intuyes la soledad de los cielos...

Soledad incontaminada... soledad virgen...

Y te lanzas porque amas la libertad. Infinita...

Las garras enlazadas. Tu vida enraizada al aire...

 

TORO

Por la conciencia del dolor, por la justicia, por el respeto entre especies

 

ELEGÍA - ATAZAGORAFOBIA

Elegía:

Poema de lamento, relacionado con la pérdida, de la vida, de la ilusión, de un ser querido. En este

caso mi proyecto se acerca más a una especie de contra-elegía, pues su finalizado no es regocijarse

en el dolor sino plantearlo para reforzarse y promulgar una actuación positiva frente a estos

lamentos.

Atazagorafobia:

Miedo enfermizo al olvido o a ser olvidado.

Presentación de los cuadros

 

Para terminar un retrato global y otro personal

 
 

EL AUTOR

AAAARetrato

Antes siempre me gustaba explorar, por lugares, por dentro de mi... y hace ya unos cuantos años (considero el otoño de 2005, cuando tenía 19 años, mi momento iniciatico en este aspecto) que descubrí la herramienta que ahora tengo al lado, y empecé a poner en mis manos de manera continua una cámara fotográfica.

Al principio fiel compañera de simples paseos, le encontré el placer a plasmar y a expresarme con ella, de manera autodidacta y sin demasiadas pretensiones... No tardé en plantearme realizar algo más serio, pero hasta 2009 no empecé los estudios en Fotografía artística en la Escuela de artes de mi ciudad... Sin posibilidad de realizar libremente lo deseado todavía, fuera algun buen profesor, fuera empaparse 8 horas al día de proyectos fotográficos, laboratorio y luz, o fuese lo que fuese, terminó de posicionar este arte al alza entre mis pasiones.

Prefiero la cámara como herramienta de autoconocimiento y descubrimiento, crecimiento y canalización de sensaciones, como terapia de relajación y reflexión personal, búsquedas y equilibrios, pero al margen de este concepto de fotografía, pretendo sostener con ella mis gastos económicos y trabajar “con placer” el aspecto económico en mi proyecto de vida (hábitat, alimento y demás necesidades básicas que requieran dinero) Por ello trabajo desde mediados de 2010 como fotógrafo de fin de semana en Heraldo de Soria, lo que también me ha ayudado notablemente a defenderme con la cámara y a conocer la sociedad, su cultura, paisaje, paisanaje y vivencias.

Para completar, acostumbro a presentarme a los concursos que el tiempo me permite, en el último año 4 obras han sido reconocidas.

Últimamente también pretendo mover los diversos proyectos fotográficos personales en los que ando metido, y así, creo fotopostales que vendo, regalo o trueco itinerante y esporádicamente con muestras de estos trabajos. También expongo en la medida de lo posible estas obras, por ahora sin exceder nunca los límites de nuestra provincia.

Llegado el Otoño de 2013 continuo la exploración espacial interior, tras una cámara (8 años del inicio), y estoy trabajando en 3 series / proyectos. Me autoreafirmo en la teoría de que el arte con mayor capacidad de inmiscuirse en nuestra alma es el sonido, por lo que mi pretensión es completar estos trabajos a través del audiovisual, e inexorablemente, finiquitados por la palabra.

 

facebook:
Fotografía a una dama criolla
email:
[email protected]
 

Más en BuenasArtes