En busca de la incidencia del hombre en el territorio en el I milenio a. C.

El delegado territorial de la Junta, Manuel López, y el director del equipo arqueológico de Numancia, el profesor Alfredo Jimeno, acompañados de la alcaldesa de Garray, María José Jiménez, han presentado el contenido del nuevo proyecto que sobre Numancia se inicia este jueves, con una programación que abarca cuatro años, en el marco del Plan Director de Numancia de la Junta de Castilla y León. Esta campaña, financiada por la Consejería de Cultura y Turismo con 10.000 euros, concluirá el próximo 18 de agosto.

Una vez que el equipo arqueológico ha establecido el proceso de cambios culturales, que tuvieron lugar a lo largo del I milenio a. C., está en condiciones de valorar la repercusión que estos cambios y su correspondiente acción antrópica pudieron tener sobre el medio ambiente.

Según Alfredo Jimeno, “hasta ahora, el estudio de un fenómeno tan devastador como la conquista romana y el cerco de Escipión se ha enfocado, fundamentalmente, desde una perspectiva militar y poliorcética (arte de atacar y defender las plazas fuertes), no atendiendo a un aspecto sumamente importante, como es el impacto que tuvo sobre el medio ambiente, pudiendo condicionar las características que el paisaje presenta actualmente”.

Objetivos del nuevo proyecto de Numancia

Varios son los objetivos de este nuevo proyecto que, durante un programa planificado a cuatro años, pretende abordar el equipo arqueológico.

  • Valorar la incidencia y las transformaciones ejercidas por la acción antrópica sobre el paisaje, teniendo en cuenta los procesos históricos documentados lo largo del I milenio a. C. Los castros, primeros asentamientos humanos estables, con algunas decenas de habitantes (s. VI-IV a.C.); el desarrollo de las ciudades, a partir del siglo III a. C. con miles de habitantes y la revolución tecnológica del hierro, que conllevó un aprovechamiento del medio que se mantuvo hasta mediados del siglo pasado, y la conquista romana, con el Cerco de Escipión, que conllevó, a lo largo de veinte años, la llegada de contingentes humanos de 20.000 y hasta de 60.000 combatientes.
  • Revisión de los yacimientos celtibéricos y romanos, a lo largo de unos 1.500 años (I milenio a.C. y primera mitad del I milenio d.C.), de la zona del Alto Duero, atendiendo a su contexto arqueológico, tecnológico y ambiental cambiante, para valorar más adecuadamente las novedades registradas en la relación cultura-medio.
  • Correlacionar los resultados de los análisis palinológicos (polen, esporas, etc.) que se realicen, a partir de los sedimentos arqueológicos y no arqueológicos, para intentar reconstruir los procesos medioambientales relacionados con los cambios socioeconómicos, que tuvieron lugar en el Alto Duero, a lo largo del primer milenio a. C.
  • Por último, reconstruir los paisajes sociales de época prehistórica y estudiar los procesos de cambio y continuidad que han constituido el paisaje rural actual, a lo largo de un amplio proceso histórico de más de 3.000 años.

Equipo arqueológico

El equipo de campo dirigido por el profesor Alfredo Jimeno Martínez está compuesto por doce investigadores y alumnos de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad de Castilla-La Mancha. Pero, además, en este proyecto participa un equipo interdisciplinar de arqueólogos y expertos en palinología, antracología (recolección, identificación botánica y conservación de los carbones y maderas recuperados en contextos arqueológicos o yacimientos naturales) y geólogos cuaternaristas, que tratará de determinar los elementos claves que pudieron influir en el funcionamiento del sistema cultural, teniendo en cuenta que los paisajes agrarios son el resultado de la interacción entre los grupos humanos y el medio natural y su evolución a largo del tiempo, mediando entre ambos la tecnología cambiante, que dará como resultado un medio ambiente construido, humanizado.

Otras inversiones de la Junta en Numancia: reparaciones, limpieza y mantenimiento

En 2013 la Junta de Castilla y León está realizando trabajos de reparación y mantenimiento, que se centran fundamentalmente en tres aspectos: el barro, para la reparación de suelos y revocos en la casa celtibérica y muralla; la paja, para reformar techados en las casas celtibérica y romana; y el recebado de zahorra, para adecuar las pasarelas de acceso. Estas labores, con una inversión de 36.100 euros, se están realizando bajo supervisión arqueológica.

La Dirección General de Patrimonio Cultural también realiza tareas de adecuación, mantenimiento y limpieza del yacimiento, en cuatro periodos, con una inversión de casi 10.000 euros.

Los trabajos consisten en la aplicación de herbicida, recogida de hierbas y limpieza en los puntos siguientes: restos de las termas romanas, desagüe y planta de edificio público, aljibe circular y encrucijada de calles, aljibe cuadrado con escalera, entorno de casa romana reconstruida, manzana III, superposición de calles celtibérica y romana y casa romana con patio columnado.

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