El cielo del sábado en Soria

La tarde del sábado dejó una imagen imborrable en el cielo del norte de la provincia, que fue retratada por prácticamente todo el mundo que la contemplaba. Para que se produzca un hecho así es necesario que se den una seria de circunstancias concretas. Lo explica el meteorólogo de Valdeavellano de Tera, Jorge Mateo:

"Los días de viento nos suelen dejar en algunas ocasiones espectaculares y fotogénicas imágenes en el cielo, este es el caso del atardecer del pasado sábado cuando sobre el cielo soriano se pudieron observar sistemas nubosos como el de la foto.

La morfología de la nube observada por muchos sorianos se puede explicar gracias a los vientos fuertes de componente norte que afectaban la mitad norte peninsular, tanto en la superficie como en las capas medias y altas de la troposfera. La interacción de este viento con un sistema nuboso confiere a las nubes ese aspecto alargado y una forma un tanto redondeada, muchas veces parecida a una lente. En ocasiones este tipo de nubes con forma de lentes se forman cuando estos flujos de viento se encuentran con una cordillera y dan lugar a ondas de aire a sotavento del sistema montañoso, que de disponer de vapor de agua forman las nubes.

Por otro lado, el color anaranjado de la nube viene dado por el hecho de que cuando se acerca la puesta de sol y el sol está cada vez más cerca del horizonte, el haz de luz que proyecta debe hacer un recorrido mucho mayor en la atmósfera hasta llegar a nosotros. En este recorrido por la atmósfera el haz de luz se encuentra con las partículas que la componen (polvo, gotas de agua, moléculas de aire,…) y estas partículas producen más dispersión de los tonos azules que de los naranjas o rojos que tendrán más facilidad para llegar hasta nosotros. Cuando el sábado por la tarde el haz de luz del atardecer se encontró con el sistema nuboso de la foto, después de ese largo recorrido por la atmósfera, se vio reflejado por las gotas de agua y los cristales de hielo que componían la nube. Así la iluminación que veíamos en la nube no era más que el reflejo del haz de luz del atardecer con su predominio de los tonos amarillos, naranjas y rojos".

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