Una familia de Langa denuncia el robo de su hija en 1973 en el hospital de Soria

Hortensia Redondo, Micaela Domingo y José Redondo, hermana y padres del bebé 'robado' en el 73, en los juzgados

Una familia de la localidad soriana de Langa de Duero y la Asociación Recuerdo y Dignidad han presentado en la Fiscalía Provincial de Soria una denuncia para que se investigue el presunto robo de una niña nacida en 1973 en el hospital Virgen del Mirón de la capital soriana.

El representante de Recuerdo y Dignidad, Iván Aparicio, ha explicado “se observa la posibilidad de que se trate del robo de un bebé” según el testimonio de la madre, Micaela Domingo Pérez, que ha constatado que al nacer “la niña lloraba con normalidad y tenía buen aspecto”, apreciaciones corroboradas por su marido, José Redondo, que pudo ver después a la niña en la incubadora.

La propia madre ha relatado que tras el parto, que “fue bien y me atendieron como a una reina”, se llevaron a su hija y a ella la trasladaron a la habitación, momento en el que según su impresión fue sedada y “ya no recuerdo nada”.

La primera noticia de la gravedad de la niña, según el testimonio de los padres, fue en el momento en el que “una monja me comunica” –ha indicado la madre- “que la niña ha muerto y me pide ropa para envolverla. Le entregué una toalla con mis iniciales”, ha contado.

A partir de entonces, según consta en la denuncia, se dan una serie de “contradicciones”, tal y como también ha explicado Iván Aparicio. Al comunicar a la madre la muerte de la niña, se le dice que le han puesto el nombre de María, “pero en el informe médico ya aparece ese nombre, cuando las primeras anotaciones son de las 14.00 horas del 15 de febrero de 1973, horas antes de su supuesta muerte”.

La madre ha recordado que “esa hoja de reanimación se va rellenando con los datos que cada dos horas se van tomando a mi hija y no tiene sentido que apareciera ese nombre sin saber cómo se resolvería la supuesta enfermedad de la que murió”.

Otra de las contradicciones detectadas por la familia es que en la hoja clínica en la que aparece el nombre de María –“nosotros queríamos llamarla Alicia”, ha apuntado la madre-, unas líneas más abajo figura: número de hijos, 2, “o sea que mi hija seguía viva y ya era María”.

Asimismo, la familia ha encontrado una partida de bautismo fechada un día antes al supuesto fallecimiento de la niña, “contradiciendo la versión de la monja que entró en la habitación alegando que el nombre de María se lo había puesto porque había fallecido”, ha significado la madre.

Al parecer, el bautismo, según los documentos de la parroquia de La Ponderosa del hospital Virgen del Mirón, se realizó sin consentimiento ni información a la familia. “Aparece el nombre de la madrina, a quien ni siquiera conocemos”, ha añadido Micaela.

Estas pruebas y el hecho de que “en ningún momento nadie de la familia pudo ver el supuesto cadáver”, según ha aportado Hortensia Redondo, hermana mayor de la niña desaparecida, “ni tan siquiera coger la caja”, así como la coincidencia con otros casos de bebés robados, ha llevado a la familia a presentar esta denuncia para que la Fiscalía Provincial de Soria investigue lo que ocurrió.

DELITOS

Los delitos que esta familia de Langa de Duero considera que se cometieron en febrero de 1973 son la usurpación de identidad, falsificación de documentos públicos y privados, simulación de parto, detención ilegal, crímenes de lesa humanidad (dada la generalidad denunciada, el periodo concreto en que ocurrió y los fines) y otros que la Fiscalía pueda calificar.

Además, el representante de Recuerdo y Dignidad ha subrayado que “no cabe la prescripción de los delitos dada la permanencia de los mismos en la actualidad de este hecho, así como las secuelas que persisten” y que se acreditarán a lo largo de la instrucción del caso, si es que ésta se produce. 

DOS VÍAS 

La denuncia presentada tiene dos partes, ha comentado Iván Aparicio. Por un lado, en el ámbito jurídico, se solicita que se cite a la afectada –a la madre- para que declare y ratifique el testimonio recogido en la propia denuncia.

Además, se pide que el hospital Virgen del Mirón de Soria aporte los datos personales de las personas que firmaron los documentos que certifican la muerte de la hija de Micaela Domingo y José Redondo, así como el certificado de defunción con la identificación del médico.

También se solicita la exhumación del supuesto cadáver de la niña, presuntamente enterrado en una fosa común en el Cementerio del Espino de la capital soriana, con el fin de analizar los huesos y comprobar que el cadáver recibió sepultura. La teoría de la familia es que “la caja estaba vacía”.

Además, la familia pide que se llame a declarar a todas las personas vivas firmantes de los informes médicos, de la partida de bautismo y del certificado de defunción, así como a los que inscribieron en el registro civil la muerte de la niña, en concreto en el Legajo de Abortos.

Por otra parte, en el ámbito administrativo, se ha instado a la Fiscalía a que abra un expediente de investigación y se proceda, de forma gratuita y con la colaboración del Ministerio de Sanidad, a la práctica de la prueba del ADN como prueba fundamental para la averiguación del parentesco.

Por la misma vía, se solicita una búsqueda de la niña en el Registro Civil de la provincia de Soria y en hospitales y parroquias en esas fechas.

Asimismo, se propone a la Fiscalía que se derive la denuncia al Ministerio de Justicia para que establezca un sistema efectivo de búsqueda de los ‘niños robados’ con el objetivo de agilizar las medidas anunciadas el pasado mes de abril por el ministro Alberto Ruiz-Gallardón para encontrar a estos bebés desaparecidos en las décadas de los setenta y ochenta, estableciendo el Gobierno un protocolo de búsqueda.

EL TESTIMONIO DE LA MADRE 

Micaela Domingo ha recordado que en el año 1973 “no íbamos a consultas y solo fui a dar a luz al hospital de Soria el 15 de febrero de 1973, ya que mi primera hija –que ha acompañado esta mañana a sus padres a presentar la denuncia- nació en casa en 1969”.

“Me atendieron muy bien, fue un parto bonito, nació mi hija, pero no me la enseñaron, aunque volví la cabeza y la vi. Se la llevaron llorando y nunca más la volví a ver”, ha relatado entre lágrimas Micaela Domingo antes de dirigirse a la Fiscalía.

Según su testimonio, a Micaela Domingo le contaron que la niña se la llevaron a la incubadora porque “había tragado líquidos”, pero “durante el día no me acuerdo de nada”, por lo que sospecha que fue sedada.

Al día siguiente del nacimiento de la niña, una monja informó a Micaela de la muerte de la niña y “me dijo que le diera algo para envolverla y le di una toalla blanca con mis iniciales bordadas”.

En cuanto al nombre de la niña, Micaela ha asegurado que “yo le quería poner Alicia, pero la monja me dijo que le habían puesto María porque había fallecido”.

“Cuando me dijeron que mi hija había muerto yo estaba sola, ya que marido estaba en el pueblo, no esperaron ni siquiera a que él llegara”, ha lamentado la madre.

Además, Micaela Domingo ha explicado que tras comunicarle el fallecimiento de su bebé “me vendaron los pechos durante 3 o 4 días, no recuerdo si me dieron medicación. De hecho en mi tercer parto ya no tuve ni una gota de leche”.

Al recibir el alta hospitalaria, a Micaela Domingo no se le entregó ningún documento que constatara su ingreso y su parto.

“Coincide con muchos casos de los niños robados y la mía es uno más”, ha asegurado la madre. 

LO QUE RECUERDA EL PADRE

José Redondo recuerda el nacimiento de su hija y cuando a él y a una hermana suya les dejaron ver al bebé a través de unos cristales, cuando estaba en la incubadora. “Vimos que se movía y tenía muy buen aspecto”, ha asegurado el padre.

“El 16 febrero –un día después del nacimiento- nos bajaron a la sala y encima de una mesa de mármol nos la enseñaron de lejos y dijeron “aquella es su niña y está muerta”, según el testimonio de José Redondo.

José Redondo ha rememorado que “nos dijeron que no nos preocupáramos de nada, que todo lo hacían ellos, se presentó un coche, nos enseñaron la caja, fuimos al cementerio y lo depositaron en una fosa común”.

Según su relato, los familiares no pudieron coger la caja ni tocarla y que el pequeño ataúd “fue lanzado a una fosa situada a la izquierda de la entrada al cementerio, sin enterrarla ni nada. Ya está,dijo”.

SEGUNDO CASO EN SORIA

El representante de la Asociación Recuerdo y Dignidad, Iván Aparicio, ha señalado que este caso es el segundo de bebés robados registrado en Soria. “En el primero, las pruebas de robo son abrumadoras”, ha destacado sin abundar en estos hechos, si bien en el que se ha denunciado ahora ante la Fiscalía “los documentos son coherentes, pero se detectan varias contradicciones, tanto en la documentación como en los hechos”.

Asimismo, ha avanzado que se sospecha sobre un tercer caso en la provincia de Soria que se está investigando.

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