Blog | Por Sergio Tierno / Viajes, geografía, deportes y curiosidades

Cap. 223. 25-9-2019. Soria, lo primero que se ve en el Museo Lázaro Galdiano

A veces creo que quizás exagero con las referencias a Soria y otras veces pienso que realmente me persiguen.

A mediodía de hoy he visitado el Museo Lázaro Galdiano, situado en un espectacular y tranquilo palacio entre las calles Serrano y María de Molina.

Según terminaba de gestionar la adquisición de la entrada, estaba pensando que no me sorprendería encontrarme con algo relacionado con Soria, también, en el Lázaro Galdiano.

En esas divagaciones andaba mientras subía las escaleras, cuando llego a la primera planta (pintura española), cruzo una puerta y miro el primer cuadro empezando el recorrido por la derecha: ahí están San Antonio de Padua y San Bernardino de Siena pintados... por el Maestro de Osma.

Como en ocasiones sucedía en aquella época, se desconoce el nombre del autor que dejó tantas obras de arte en templos castellanos cercanos al río Duero a caballo entre los siglos XV y XVI. Más que un artista, las convergencias de estilo y temática, así como la alta producción, invitan a pensar en un taller situado en El Burgo de Osma en aquella época, si bien los cuadros y retablos surgidos de allí aparecen asignados a este 'Maestro de Osma'.

En Madrid, aparte de en el Lázaro Galdiano, también se conservan dos obras suyas en el Museo Arqueológico Nacional. El Louvre es la principal pinacoteca que también guarda uno de sus trabajos que, además, pueden verse en numerosos museos y colecciones de España.

Leer sobre el Maestro de Osma

Por lo que se refiere al Museo Lázaro Galdiano, se trata de la impresionante colección que adquirió el navarro (de Beire) José Lázaro Galdiano entre finales del siglo XIX y principios del XX, colección que aumentó en calidad y cantidad a raíz de su matrimonio con la argentina Paula Florido.

Lázaro Galdiano cedió toda esa colección, así como el llamado Palacio Florido, al Estado, con la condición de hacer un museo por el que ahora, 68 años después de su inauguración, siguen pasando miles de personas todos los años.

Goya, Velázquez, Zurbarán, El Greco, Murillo, Ribera, los Madrazo, Paret, Blasco de Grañén, Lucas Cranach El Viejo, El Bosco, la escuela de Leonardo, Reynolds, Constable... y otros muchos son los pintores que guardan algunos de sus cuadros en esta esquina madrileña.

Junto a la pintura, también hay numerosas representaciones artísticas que Lázaro Galdiano y Florido fueron adquiriendo en vida: armas, esmaltes, escultura, miniaturas, cerámica, madera... 

Si bien para recapitular todo ello hace falta una buena cuenta corriente, también es necesario un sentido del gusto y de la oportunidad que no mucha gente posee: muchas de las piezas de la colección se adquirieron a precios bajos porque hace un siglo carecían de valor y ahora son consideradas piezas de primer nivel artístico.