Blog | Por Sergio Tierno / Viajes, geografía, deportes y curiosidades

Cap. 88. 29-5-2016. En Vizcaya (y 2)

Bermeo, Mundaka y el lugar más identificable del mundo

Entre Mundaka y Bermeo hay un carril-bici con bonitas vistas de la isla de Ízaro y del mar Cantábrico, que es lo primero que han visto mis ojos esta mañana, no mucho después del amanecer. Hacía una temperatura perfecta para trotar tranquilamente. Mundaka y Bermeo están a dos o tres kilómetros, muy cerca.

De regreso a la capital del surf, me he duchado en el hostal-polideportivo donde me he alojado antes de darme un paseo por Mundaka, por la ermita de Santa Catalina, las estrechas callejuelas y el bonito puerto pesquero. No tiene la fama de otras localidades costeras vizcaínas (o eso me parece a mí), pero es un buen lugar para pasar unos días tranquilamente.

El puerto de Mundaka El puerto de Mundaka

Esta mañana, según me iba, me he encontrado con el equipo de traineras del pueblo y con varias personas que ya iban a pasar el soleado domingo a la playa. El agua es transparente, como estudiábamos en el colegio. Hablando de deporte, de Mundaka es Gregorio Blasco, el mítico portero del Athletic de los años 30, que tuvo que completar carrera y vida en México por la guerra.

Mi siguiente parada ha sido Guernica (vuelvo a mezclar grafías en la misma entrada según me cuadre más la vasca o la española, lo cual lingüísticamente no tiene defensa posible), donde no había estado nunca y donde no he querido entretenerme demasiado porque quería visitar otro lugar.

El lugar más identificable del mundo

Puede que la torre Eiffel, el Cristo de Corcovado o la Ópera de Sydney sean más famosos. Puede que Okavango, el Ama Dablam o los fiordos de Nueva Zelanda sean más bellos. Pero no puede haber ningún lugar en el mundo más identificable que el Bosque de Oma.

Si veis unos pinos pintados de vivos colores representando animadas y geométricas formas, sabréis de sobra que estáis viendo la obra que Agustín Ibarrola creó a principios de los años 80 cerca de su casa de Oma, en el municipio de Kortezubi. Es posible que no recordéis el nombre del lugar o del artista, pero la potencia visual de lo creado es absoluta.

El Bosque de Oma El Bosque de Oma

Me ha sorprendido gratamente el Bosque de Oma. El desvío está a dos kilómetros de Guernica en la carretera de Lekeitio, y luego hay que seguir otros dos o tres kilómetros en coche. Para visitarlo es necesario andar unos tres kilómetros de ida y prácticamente lo mismo de vuelta, ya que lo recomendable es hacer un recorrido circular. Yo he ido por arriba y he vuelto por abajo, por el pueblo de Oma. No sé qué es mejor, creo que es indiferente. Había bastante gente que se había llevado la comida y que estaba pasando allí un día de campo. Creo que es buena idea si alguna vez aterrizáis por ahí y os hace un día soleado y caluroso como el de hoy.

Dese allí he emprendido el camino de vuelta a Soria, para intentar llegar no muy tarde. He dejado apuntados en la memoria algunos lugares vizcaínos que me gustaría conocer aprovechando que están a poco más de dos horas de casa.