Blog | Por Sergio Tierno / Viajes, geografía, deportes y curiosidades

Cap. 21. 29-12-2014. Ecuador (y 21). En Atlanta

La ciudad de los iconos

Del mismo modo que me sucedió en la ida, para volver de Ecuador me toca hacer escala en los Estados Unidos. Para ir, me detuve 20 horas en Miami y apenas unas pocas en Atlanta. Ahora, para volver, solo hago escala en Atlanta, en el aeropuerto de mayor tráfico del mundo. He tenido suerte y entre el aterrizaje y el despegue van a pasar más de diez horas.

Me ha dado tiempo a acercarme al centro a conocer algunos de los lugares de esta ciudad icónica: la Coca-Cola, la cadena de noticias CNN, Martin Luther King, Dominique Wilkins o el acuario más grande del mundo están en la ciudad que acogió los Juegos Olímpicos de 1996.

Está bien Atlanta para pasar así unas horas entre vuelo y vuelo. La mayoría de sus principales atractivos están en un paseo de cinco o diez minutos, todos alrededor del Centennial Olympic Park, el lugar donde se produjo el atentado durante aquellos Juegos, en el que fallecieron dos personas.

Además, el metro es rapidísimo desde el aeropuerto, tarda unos 20 minutos, y no es caro. Hay que bajarse en Five Points o, mejor en Peachtree. Como yo he llegado tan pronto, he tenido que hacer tiempo desayunando hasta que se ponían en funcionamiento los diversos lugares. El acuario abre a las 9.00 y, desde media hora antes, ya había cola para entrar, aunque nada que ver con la que se ha ido formando con las horas. Imagino que influirán las vacaciones escolares de los niños, pero en general me ha sorprendido bastante la gran cantidad de turistas que mueve Atlanta.

Como está todo tan al lado, he acudido a los estudios de la CNN. Se trata de un edificio inmenso en el que trabajan miles de personas y desde cuyo interior se tiene acceso a otro de los lugares que me hacía ilusión conocer: el Philips Arena, donde juega sus partidos el equipo de la NBA, Atlanta Hawks, entre otras escuadras de otros deportes. Todo este complejo arquitectónico está cubierto, con gran cantidad de tiendas y establecimientos, a pesar de que Atlanta tiene un clima mucho más benigno que las ciudades norteñas de Estados Unidos.

La Coca-Cola

A las 10.00 abría World of Coca-Cola, otra de las grandes atracciones turísticas de Atlanta. He llegado un poco antes y ya estaba en marcha. Cuesta definir lo que supone la Coca-Cola, aunque supongo que ya lo habrán intentado millones de personas. No hay una marca tan conocida en el mundo desde hace tantas decenas de años. Por lo que vi, y por lo que me imaginaba, la relación entre Atlanta y esta bebida es estrechísima, supongo que se tienen mucho que agradecer mutuamente.

He estado algo más de dos horas viendo el 'museo'. Se puede ver la caja fuerte en la que en teoría se guarda la fórmula secreta del producto y hay un par de proyecciones cinematográficas, una de ellas en tres dimensiones. En otra sala, en la que más rato se quedaba la gente, se exhibían multitud de anuncios de los diversos productos de esta marca, de muchísimos países. Para acabar, antes de pasar por la tienda, hay una gran sala en la que es posible probar, fresquísimas, más de un centenar de bebidas de Coca-Cola. Hay que tener cuidado para que el estómago no se termine haciendo un revoltillo.

Un poco alejado del foco principal de las atracciones de Atlanta se encuentra otro de los sitios ineludibles de la ciudad: el Sitio Histórico Nacional de Martin Luther King. He tardado aproximadamente media hora a pie. A nada que se sale del centro, ya no hay casi nadie por las calles. Una vez llegados al Sitio, todas las atracciones ya están cerca: la casa donde nació, su tumba, la iglesia bautista Ebenezer o el Salón de la Libertad, en el que se puede leer la historia de uno de los principales luchadores del siglo XX por los derechos humanos. Ver web oficial.

En los próximos días escribiré algunas notas en el bazar sobre cosas que me han llamado la atención de Atlanta. He abandonado el centro de la capital de Georgia ya pasado el mediodía. Mi último avión del viaje de 21 días partía a las 18.10. Entre el tiempo de viaje y el cambio horario he llegado a Madrid, sin apenas conocer el sueño en los dos últimos días, a las 8.00. Ya estoy prácticamente recuperado.