Blog | Por Sergio Tierno / Viajes, geografía, deportes y curiosidades

Cap. 209. 6-4-2019. Rotterdam (1): Dos paseos céntricos

Cuestiones laborales me han traído a Rotterdam, pero ello no significa que no haya aprovechado el viaje para conocer una ciudad nueva y que, en apenas unas horas, me ha hecho entender por qué cada año la visitan cuatro millones de turistas.

Como me pasa con tantos lugares que visito, concretamente con todos, se me van a quedar bastantes cosas por conocer en Rotterdam, pero he venido a lo que he venido.

He volado a las seis de la mañana de Madrid a Amsterdam. Desde el mismo aeropuerto de Schipol hay muchos trenes hasta la Estación Central de Rotterdam, y de esta a mi hostal (estoy en pleno centro) hay apenas diez minutos, así que poco después de las nueve de la mañana estaba en mi casa de estos dos días.

Como a esas horas no se podía hacer el check-in, me he ido a dar una vuelta por algunos de los lugares más frecuentados de Rotterdam. Antes de ello, me he acercado a conocer la típica Feria del Corredor (Marathon Expo), ya que mañana se corre aquí la maratón, una de las más llanas y rápidas del mundo.

Markthal

Cuando he llegado a la ciudad a las 9.00, había una espesísima niebla y muy pocas personas en la calle. Todo ha cambiado a partir de las 11.00-12.00.

He paseado por el Museo Marítimo, por las casas-cubo (he entrado a la que se puede visitar) y por el Markthal. ¿Qué es el Markthal? Un edificio inmenso, dividido en viviendas, oficinas y, lo más atractivo para el visitante, numerosos lugares de comida, como los mercados que tanto proliferan ahora por España pero a lo grande. He comido ahí, de hecho, igual que otros muchos centenares de personas.

Poco después de comer me he juntado con los demás sorianos que están estos días por Rotterdam: dos debutantes en maratón (Daniel Mateo y Rubén Andrés), y la familia y el entrenador del primero (Enrique Pascual Oliva).

Después de acompañarles a comer, he vuelto a mi hostal, situado muy cerca del Het Park. Por eso mismo, he aprovechado para pasar en él un buen rato. Allí se encuentra la torre Euromast, una especie de Pirulí de 185 metros a la que es posible subir. Es una de las principales atracciones de la ciudad, pero la mayoría de la gente va al parque a lo que yo: pasear, correr, ver patos, ver los grandes barcos sobre el río Mosa, disfrutar del verde y de los canales...

Y poco más. Pronto a recogerse que mañana todos deseamos que sea un gran día.