Blog | Por Sergio Tierno / Viajes, geografía, deportes y curiosidades

Cap. 19. 27-12-2014. Ecuador (19). En Otavalo

Paseos entre cientos de puestos del mercado

Último día realmente completo en Ecuador. Ya pronto vuelo. Definitivamente, Otavalo es un buen lugar para pasar las últimas horas en este país que tanto me ha gustado. Está cerca de Quito y tiene atracciones de sobra para pasar tres o cuatro días. Nosotros vamos a pasar solo dos, pero no hemos salido a ninguno de los numerosos lugares que hay a escasos kilómetros, básicamente lagunas y montañas, o el parque de los cóndores.

La verdad completa es que esta mañana sí hemos estado en la cascada de Peguche. Nada más levantarnos nos hemos enfundado zapatillas y pantalón corto para trotar por los alrededores. El que parece el dueño del hostal nos ha enviado a la cascada de Peguche.

Ha sido un acierto. Se tarda aproximadamente media hora en llegar hasta el poblado indígena, primero, y hasta las fuentes termales y la cascada, después. Todo ello se ubica en un bonito parque-bosque, cuidadísimo, muy verde y repleto de senderos para correr. No hay ninguna foto porque íbamos sin la cámara.

Ellos han seguido corriendo por esos senderos mientras yo he vuelto de paseo por la Panamericana. Nos hemos dado cuenta de que Otavalo es más grande de lo que pensábamos.

El mercado

Esa certeza la hemos confirmado después de los estiramientos y la ducha en el hostal. Hoy es sábado, el día grande en Otavalo. Todos los días de la semana hay mercado, pero los sábados se multiplica hasta la exageración el número de puestos.

A ello hemos dedicado las siguientes horas de hoy, a andar y andar entre belenes de madera, zapatillas, imitaciones de cabezas reducidas al modo Shuar, imanes, máscaras, telas de miles de colores, vestidos, sombreros, gorros de lana, preciosos juegos de ajedrez, pendientes... El mercado tiene cientos de puestos desde primera hora de la mañana hasta las cuatro de la tarde.

Hemos comido en las mismas calles del mercado: carne de chancho (cerdo) con maíz, aguacate, patata y tortilla. Es tan barato y está tan bueno...

El día de hoy ha consistido en pasear Otavalo. Después de comer, hemos bajado hasta la terminal de autobuses para organizarnos el día de mañana. A la vuelta hemos conseguido hielo en una heladería, después de haber preguntado en no sabemos cuántos sitios.

Tanto trote matutino y tanto paseo posterior han terminando dando con nuestros cuerpos en las camas pasadas las cuatro de la tarde. La siesta nos ha dado las fuerzas necesarias para seguir recorriendo nuevas zonas de Otavalo durante otra hora más. Hemos subido a un mirador muy cercano, después de pasar por una ermita excavada en la roca. Una imagen de la Virgen de Montserrat parece flotar sobre el agua dentro de la gruta.

Ya lo teníamos casi todo hecho. Solo nos quedaba tomar algo en uno de los bares de la ciudad, como así ha sido. Nos apetecía cenar en el hostal pero no cocinar. Hemos comprado tres papipollos (pollo con patatas) en El Pollazo, y nos hemos venido a nuestro hogar en Otavalo durante estos dos días. En él estamos ahora, entreteniendo nuestras últimas horas. Mañana cambiamos de ciudad y, alguno, de país.