Blog | Por Sergio Tierno / Viajes, geografía, deportes y curiosidades

Cap. 153. 30-12-2017. Montañas de Córdoba y Almería (y 3)

El Chullo, La Calahorra y Guadix

El día de hoy se divide fácilmente en cuatro etapas.

1. Ascensión a El Chullo. Pico más alto de Almería con 2.612 metros. Como siempre, enlazo a la crónica del blog 'Las 45 cimas'.

2. Castillo de La Calahorra. Regresados del Puerto de la Ragua, donde no había cobertura, llamamos de nuevo a Antonio, con quien habíamos establecido relación ayer. Antonio es la persona encargada de enseñar el celebérrimo monumento de su pueblo, el castillo de La Calahorra. Es un monumento privado que solo se abre al público los miércoles, y está claro que hoy no es miércoles. Antonio, sin embargo, accedió a enseñárnoslo este mediodía.

Construido por Rodrigo de Mendoza en apenas tres años, a comienzos del siglo XVI, es el primer castillo renacentista español, construido bajo los gustos italianos de la época. Se encuentra en un gran estado de conservación, a pesar de que fue utilizado como cuartel durante la Guerra Civil. La estructura global interna y externa, los artesonados y el precioso claustro interior tienen la apariencia de estar igual que hace 500 años. Merece la pena la visita, también a Antonio, que les ha enseñado el castillo a tres ingleses (un padre y sus dos hijos) que han llegado justo cuando nos íbamos.

Barrio de cuevas de Guadix Barrio de cuevas de Guadix

3. Barrio de cuevas en Guadix. De La Calahorra nos hemos dirigido a Guadix, con un teatro romano, una catedral, una alcazaba... sí, pero por lo que es famosa esta localidad granadina es por sus cuevas. Me han sorprendido muchísimo más de lo que me esperaba. A Guadix hemos llegado no mucho después de las tres y media, pero nos han tardado bastante a servir y nos hemos levantado de la mesa a las cinco. Estábamos al lado de la catedral, a la cual le hemos dado una vuelta y le hemos tomado un par de imágenes.

De allí, en la furgoneta, nos hemos dirigido al barrio de cuevas. Consejo: preguntadle a la gente cómo se va. Ya sabemos que tenéis GPS, pero este puede indicar por callejuelas estrechísimas, como hemos comprobado en primera persona. El barrio tiene un mirador en su parte alta. Es suficiente con darse un paseo tranquilo hasta él para darse cuenta de que estamos en un lugar único. Aquí viven unas 3.000 personas, que han aprovechado el material arcilloso de las laderas para construir en su interior viviendas.

Las ideas urbanísticas, más allá de la casa propia y la de las anexas, son inexistentes, lo que le da al lugar un sabor muy especial, con puertas y chimeneas brotando de las laderas sin ningún criterio aparente. Seguro que hubo alguno cuando empezaron a construirse estas casas, supuestamente también en el siglo XVI, mientras a pocos kilómetros se edificaba el gran castillo de La Calahorra.

4. Purullena. Ya estamos en casa. Después de tres días intensos y de un descanso en el hotel, nos vamos a cenar un arroz con bogavante. Mañana, día de vuelta, así que despido aquí la crónica de este viaje.